Las mujeres y el fútbol en Lanús (fragmento)

EDUARDO MOLARO -.

/ Del Atlas Desmemoriado del Partido de Lanús

¨¿Un novia que sepa sobre fútbol? Debe tratarse de un error…¨ -decía un graffiti cuya paternidad se reconocía en la afamada gavilla enchastradora de paredes conocida como La Patota Poética.

El fútbol parece ser un deporte viril, un símbolo inequívoco de la masculinidad y una especie de reducto donde los machos cabríos dan rienda suelta a su apasionada animalidad.

Ante este enunciado, es fatal decir (casi como en los antiguos juegos olímpicos ) que pareciera ser un círculo vedado a las mujeres.

Sin embargo -y por más fuerza que hagamos– no es tan así. 

En la cancha del Club Villa Pellerano muchos se deleitaron viendo jugar a ¨LA Chela¨, una piba algo entrada en carnes que manejaba la pelota como el que más. Muchos circunstanciales rivales pasaban vergüenza ante la habilidad de la muchacha, cuya fisonomía –es justo decirlo– era más propia de un Back central paraguayo que de una ninfa de helénicos manantiales.

Diametralmente opuesto era el caso de Gloria, una demoníacamente hermosa muchacha, que era perfectamente nula para la práctica de fútbol, pero cuyos compañeros y rivales hacían lo imposible para que Gloria convirtiera un gol, al solo efecto de unírsele en un apasionado abrazo colectivo, lascivo festejo que incluía al árbitro, ambos cuerpos técnicos y colados en general.

Algunos denostadores atribuyen el embarazo que la retiró de las canchas a esos excesivos festejos, pero eso es un hecho tan incomprobable como la paternidad del niño por venir.

Pero más allá de estos casos, también existen mujeres que disfrutan de ver fútbol. Algunas movidas por el atractivo de unos atléticos jóvenes en pantaloncillos ceñidos a sus atributos; otras por acompañar a su hombre en una pasión que hasta entonces les era ajena, y otras porque fueron debidamente inoculadas con el virus futbolero. (Conviene no preguntar por la procedencia de la jeringa)

El caso es que los hombres más sabios de Lanús terminaban coincidiendo en que el género femenino no resultaba incompatible con el Fútbol, sino que era –lisa y llanamente– un verdadero estorbo.

Así, por ejemplo, el filósofo Heráclito D´Exceso en su ensayo ¨¡No seas cargosa que me pierdo el tiro libre!¨ supo iluminarnos sobre el mentado dilema:

¨Cuando estamos enamorados creemos (vana ilusión) que podemos compartir con nuestra amada todas nuestras pasiones. Es así que intentamos militar juntos en la política y ganar la calle tomados de la mano defendiendo las más nobles consignas; también las incluimos en dionisíacas borracheras y a veces las incorporamos a una partida de chinchón. Pero es perfectamente inútil, queridos amigos, pretender que nuestra amada luzca todo su esplendor a nuestro lado en un estadio de fútbol sin decir una pelotudez que nos avergüence o nos ponga particularmente violentos.
Y lo digo yo, que salí tres meses con un travesti sólo para no tener que explicar el Orsai (*) ¨

(*Orsai = Fuera de juego)

En una línea parecida estaba el poeta Edmundo Morales, evidenciándolo en algunos versos rescatados de algún naufragio: 

Dedicaría mi vida a explicarte El Universo;
Destinaría mi existencia a enumerarte los astros.
También mis ojos daría por exhibirte los rastros
de mi alma atormentada, explicitada en mil versos.
Sin embargo me es perverso,
irritante y hasta ingrato
explicarte a cada rato
Por qué el 11 es wing izquierdo…
…¿ Por qué no lavás los platos
y me dejás de hinchar los huevos?

Alejen de sus mentes el prejuicio de pensar que, por estas ideas, nuestros pensadores eran machistas.

En todo caso, es justo decir que ellos eran machistas, independientemente de estas ideas.

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4 Comentarios

  1. Se infiere que el narrador también podría estar involucrado en el embarazo de Gloria.

    Su estilo es completamente reconocible, amigo Edu. Y eso es algo muy bueno.

    Un abrazo grande.

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  2. En qué sentido, Jorge? En el del texto o en el de la supuesta paternidad?
    Ja!
    Un abrazo

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  3. A muchas nos gusta el futbol!! Buen relato Edu.

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