Sed

Veo las nubes jugando en el cielo del altiplano y me da sed

Sed de lanzarme al vacío, sed de volver a abrazarme al Sajama, sed de huellas, de recuperar mis huellas, huellas perdidas, huellas de tholas y queñuas, huellas sin sed

Veo a colosos que brillan entre las nubes: uno, es jinete; otro, navega sin pena; otro más, más allá, anda desnudo quebrando clepsidras y eso me da sed, más sed

Sed de ir a buscarlos, de acompañarlos, de clamar que ellos me devuelvan esa travesía, ese horizonte de volcanes y conjuros, ese vagabundearse, esa fe, que uno siente, que te ansía

Sed de sales bravías, sed de combates sin tregua, sed hostil

Sed de muerte que también alumbra, sed de lo que muere, lo que debe morir, sed que también es vida, luz peregrina, sed del destino, sed de vivir.

Pablo Cingolani
Antaqawa, 13 de septiembre de 2019

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