LILYMETH MENA -.
Para referirse al mexicano nacido en la capital, se utiliza la palabra Chilango de un modo bastante despectivo. El Chilango es como una subespecie aborrecida en el interior de la república. Cosa que los mismos Chilangos no entienden, pero que es muy sencillo de comprender una vez que has vivido lejos del DF, como me sucedió a mi.
En el DF el ritmo de vida va al mil por hora. Aquí a todos se les hace tarde para llegar a cualquier parte. El Chilango está acostumbrado a hacer las cosas pronto, que no por eso siempre bien.
En provincia la vida es mucho mas calmada, incluso lo es más de lo que debiera. La gente de provincia, arraigada al machismo milenario de nuestra raza, guarda aun muy malas costumbres. Como las casas son muy grandes, es común que los hijos ya casados, en lugar de hacerse de una casa propia, traigan a su mujer a vivir a la casa de los padres. Eso de pagar renta y andar sufriendo no es algo que se les de mucho. Si se quedan sin trabajo no hay bronca, papá y mamá nos echan la mano por lo mientras, que comida y techo no faltan. Ansina tengamos cinco chamacos.
Yo sé que generalizar es tonto y raya en la inocencia, si no es que en la idiotez; pero hay que ver muchas cosas para poder llenarse el buche de verdad.
Debido a mi vida anterior, me di cuenta de cómo son las cosas aquí en México. El padre de mi hija es gerente para un monopolio de supermercados, una firma dueña de tiendas en todo el mundo. Según la revista Fortune “Es la compañía mejor gestionada del mundo”. En una tienda de esas hay entre seiscientos y setecientos empleados. Nos tocó vivir en diferentes estados de la república y pude constatar, por la plantilla de empleados de las tiendas, el comportamiento de la gente en cada lugar. En Acapulco por ejemplo, la gente falta mucho a su trabajo, generalmente sin reportarse ni dar explicación. En Cuernavaca no les gusta que se les corrija cuando han hecho algo mal. En Toluca no se dejan mandar por un Chilango, mucho menos por una mujer (la jefa de panadería lloró lágrimas de sangre para lograr algún respeto) En Michoacán no toleran que les hables fuerte delante de los compañeros (porque seguro se espantan, y sueñan feo). A cualquiera de estos motivos la gente renuncia sin vacilar. En las tiendas del norte se les tiene que dar un “premio” económico por cada mes que el empleado permanece en la empresa, de lo mucho que renuncian y son inconstantes. Lo llaman “incentivo de fidelidad” o algo así, increíble no?
La verdad es que el Chilango es repudiado por una simple razón. El Chilango adonde va, mueve rápido las manos, aguanta el trabajo sin quejarse, cumple con fechas límite, se endereza cuando lo corrigen, y sobre todo, cuida mucho su trabajo, por que de él dependen los pagos de su casa, la pensión de los hijos (cuando son divorciados o tienen chamacos regados por ahí), sus gastos personales y de la nueva familia que hayan formado.
La holgazanería es un lujo que no cualquier Chilango se permite, aun los que tienen el mínimo de conciencia.
A un Chilango que se queda sin trabajo, es muy probable que lo veas vendiendo algo, conduciendo un taxi, dando clases, y si la cosa se pone más difícil, lo puedes ver hasta preparando comida, sirviendo mesas o lavando carros. Pero un Chilango no se sienta a esperar que alguien le resuelva la vida.
Una amiga mía, auditora de una gran firma aquí en la capital. Me contaba de cuando trabajaba para una cadena hotelera en Cancún. “Los muy hijos de su madre me decían –Ándale, ayúdame con mi chamba, total que tú eres bien rápida y ya acabaste con la tuya. Para la próxima no te apures tanto, porque nos obligas a trabajar más rapido también”.
Yo les cuento que hace unos cuatro meses me quedé sin una de mis entradas de dinero. Porque mi editor prefirió llenar espacio en su periódico con una niña recién graduada de ciencias de la comunicación, que en lugar de redactar, copia y pega cosas de Internet. Los que pensamos y escribimos estamos sobrevaluados.
Ahora, los lunes y jueves por las mañanas, salgo a vender en un mercado sobre ruedas muy cerca de mi casa. Hay días que me va bien, hay días que no vendo ni madres y me pega el sol que bruto. Pero hay que completar los gastos y como dice mi ex, hay que corretear la chuleta. Por eso si me preguntas. Soy orgullosamente hecha en México, DF.
8 Comentarios
Cómo me has hecho reir y a la vez me di una vueltita por México.. Me sentí viéndolos y criticándolos de un modo parecido.
ResponderEliminarYa me he puesto a pensar cuál sería el equivalente argentino del chilango.. puede que el porteño, el rosarino, tal vez un cordobés. No sé, lo analizaré con calma-
Me gustó mucho leerte, como siempre alegre e incisiva!! Un abrazo Lilymeth!
Un sabroso atlas humano sobre las mañas regionales de México. Para hablar de estos temas y mostrarlos con esta eficacia hay que haberlos vivido en carne propia. Difícilmente alguien escribirá un tratado sobre esto, por eso lo agradezco mucho.
ResponderEliminarEn Chile, por el contrario, se tiende a preferir laboralmente al tímido provinciano, precisamente porque en su afán de ganarse un espacio, trabajará mucho más que un reclamón y sacador de vuelta santiaguino, bastante más ladino en el arte de eludir el trabajo.
Qué gusto da leerte Lilymeth. Tus relatos tienen el sabor de una deliciosa melodía mexicana. Aprendo mucho contigo. Gracias por compartir tus escritos.
ResponderEliminarEstoy casi segura de no equivocarme mucho si afirmo que los chilenos son casi todos flojos, mentirosos, muy sacadores de vuelta, obcenos, mamones e infieles. Hay poco que escarbar. Yo nací en Lebu, una tierra donde los hombres holgazanean de lo lindo y se emborrachan con la poca plata que ganan, mientras las mujeres deben sacar solas adelante a sus hijos y más encima alimentando y soportando a los pasteles que llegan ebrios en las noches.
Lo siento, pero me enrabié sola. Mis disculpas y un abrazo.
"Para la próxima no te apures tanto, porque nos obligas a trabajar más rapido también”.
ResponderEliminarEso suena casi como un lema laboral por estos lados. Me he enfrentado a tal situación en todos los trabajos por los que he pasado. Me he creado rápidamente enemistades simplemente por hacer lo que hay que hacer. No entiendo el sentido del holgazaneo durante las horas laborales, ni siquiera como sabotaje, pues me resulta exasperante estar en un lugar sin hacer nada y sólo esperando que pasen las horas. Alma de oveja no tengo. Por último, si no me place contribuir a la producción y al crecimiento de la empresa, me dedico a preparar su hundimiento, pero hago algo.
He intentado reflejar la realidad del Chilango, repudiado por todos por que es cumplidor. Por que no se deja caer de hambre. Claro que tambien los hay borrachos y despilfarradores o incumplidos. Como en todos lados. Nadie es perfecto. Un amigo mío que visita NY cada seis meses me dice: “Allá es común ver debajo de los puentes a un montón de indigentes viviendo ahí en la calle, drogándose y tomando un cheque de ayuda que no merecen. Aquí los chilangos venden chicles en el metro pero de hambre no se mueren. Como me da gusto regresar aunque hablen tan mal de México”.
ResponderEliminarAquí también se da mucho lo de las mujeres criando solas a sus hijos, sustentando los gastos de una casa. De hecho nos consideran un país de matriarcados.
Pero como buenos machistas que somos, en la mayoría de los hogares con ambos padres. Es en muchas ocasiones el hombre quien todavía mantiene a su esposa e hijos.
No se si sea una buena costumbre o no. Pero asi es.
Si la mujer trabaja es por tener su independencia económica y poder darse sus gustos. Pero se da por hecho que es el esposo quien debe sostener el hogar, ya si la esposa quiere echarle una manita o quedaron en eso desde el principio, también se da. Hay pocos casos pero he conocido matrimonios en donde la que trabaja es la esposa, y el marido cuida y cría a los niños.
Tengo un vecino, su esposa es una exitosa abogada, ella anda en un Audi muy mono, el esposo en una camioneta y cuida a los tres niños. Por las noches el señor se va a la casa de las vecinas a realizar demostraciones de Toperware, y vende por catalogo. Supongo que tampoco le gusta estar totalmente a expensas de su mujer. Me encanta verlo por ahí con el bebe en la cangurera y sus productos en una bolsa tocando puertas. Es luchón el hombre. Chilango tenia que ser ¡¡
jodido, cabrón, pendejo, maldito, desgraciado, malnacido, mierdoso, etc, etc, etc... no importa de donde venga y hacia donde vaya, el capitalismo nos tiene a todos en América más arriba del copete... al menos la risa que nos provocas con tu relatote, Lilymeth, hace más llevadero el dolor de nadar entre tanto fango...
ResponderEliminarGracias, Claudio.
ResponderEliminarLos estereotipos no siempre se cumplem. Hay gente floja y trabajadora en todas partes. Por ejemplo, durante mi vida estudiantil conocí a muchos chilangos y la mayoría eran flojos, pero eso si, muy fiesteros.
ResponderEliminarPero bueno, como decía mi abuelo, todo tiene sus "asegunes".
Lo que me preocupa, soy Maestro de secundaria, es que he escuchado de mis autoridades superiores, que no admitirán a ningún estudiante que provenga de los estados del norte, por aquello de la narco violencia, y del DF, que no se permitirá que"contaminen" a nuestros estudiantes con sus costumbres y comportamientos fuera de lugar.