Es verdad que debido a nuestras actitudes, nos vamos dando cuenta de lo mucho que hemos cambiado con el paso de los años. Inevitablemente me viene a la memoria aquella lista que escribía sobre una hoja entera, cuando tenia menos de veinte años. Era una lista de las cosas que planeaba hacer o tener para el año entrante. Como podrás imaginarte la mayoría de esas cosas nunca sucedieron, algunas por pereza, y muchas otras por desidia o por mi falta de disciplina.
Una noche de año nuevo me di cuenta que era ridículo formularme cosas que nunca haré, porque realmente no me apasionan, o no me interesan lo suficiente. Como hacer ejercicio. Todo el mundo me dice que es saludable y me mencionan todas las bondades que te brinda mantenerte sano. Desgraciadamente todo eso me da igual.
Lo único positivo en todo caso, es que jamás me he levantado, me he embutido en un pants, he ido a “correr” y al día siguiente lo abandoné. Generalmente, si algo no me inquieta demasiado, ni siquiera lo intento. Lo cual me parece que no es tan mediocre, al menos eso espero (típico pensamiento del mediocre).
Ahora con el fin de año pisándome los talones, me es más sencillo hacer una lista de las cosas que me habría gustado hacer y que no hice. O que no hice lo suficiente. Como conocer más personas, salir más de casa, aprender a tocar mi guitarra, abrazar más a mi hija, y besarte más veces entre tu puerta y el vaso de agua.
Pero enlistar todas estas cosas que me provocan algo de tristeza, me produce un sentimiento patético que no vale la muerte de un árbol, el desperdicio de una hoja de papel, y mucho menos la punta de carbón de un lápiz.
Creo que lo más sano que puedo hacer es despedirme de lo pasado, lo que hice, lo que dejé de hacer, lo que di, lo que no recibí, lo que desee, lo que tuve, lo que deje ir.
Sin duda admiro a aquellas personas que descubren una afición, la alimentan y desarrollan hasta lograr maravillas.
Siempre soñé con encontrar dentro de mí ese ardor.
Cada año es un capítulo que se termina el último día de diciembre. La escritura es y ha sido desde siempre mi amor más grande. He pasado por distintos tipos de escritura que sin duda me han dejado mucho, y me han quitado mucho. Por qué no puede uno dejar de sí en todo lo que escribe. Por muy malo que uno sea.
Así que como ésta es mi verdadera y única pasión. Terminaré de escribir el capítulo del 2010, con la pluma fuente entre los dedos, daré la vuelta a la página y comenzaré con todas mis ganas a escribir el capitulo que comienza con un 2011 en la cabecera. No una lista, sino una historia que se escribe día con día.
Lo único que deseo, si se me permite desear algo; es tener suficiente tinta en mi tintero. Que de todo lo demás, me encargo yo.
14 Comentarios
Me parece genial esa actitud para contigo misma. Haz lo que desees, lo que quieras y lo que te haga sentir bien. Lo que hagan los demás a ti no debe importarte.
ResponderEliminarEstá muy bien apuntarse las cosas y eso es lo que voy a empezar a hacer yo a partir del pròximo año. Soy muy desastrosa y aunque siempre tengo agendas no las utilizo al completo. Voy dejando apuntes por aquí y por allá y luego no sé donde los guardos. Menos mal que mi cabeza funciona todavía. Ah, y un calendario magnífico de pared, con los números grandes. Ahí voy apuntando las cosas que tengo que hacer y dónde ir, como citas de médicos, viajes, espectàculos, etc...
Amiga, que comience tu año con fuerza y ganas. Con las tuyas, por supuesto. Un beso.
Lilymeth, tu escritura parece un volcán permanentemente activo e inagotable. Energía, carácter, rabia, cierta desesperanza ante el futuro, ansias de amor de pareja y un inmenso caudal de talento para seguir escribiendo. Eso es al menos lo que yo veo en tus letras actuales y en las anteriores.
ResponderEliminarPor mi parte, mis deseos para este fin de año no difieren de los de la gran mayoría de las personas. Sólo quiero que quienes amo vivan la mayor parte posible del tiempo sanos y felices.
Pedir que se acaben las injusticias hacia los pobres, los indígenas, los niños, las mujeres y los obreros es demasiado pedir, porque de cualquier forma no hay nadie que acoja ese pedido. Estamos solos y debemos bastarnos entre nosotros mismos.
Un cálido abrazo de cambio de año Lilymeth. Grandiosa.
Tiendo a desesperarme cuando no tengo lápiz y cuaderno o un teclado disponible, por lo que creo entender tu sentir de escritora, Lilymeth. Algo parecido me pasa cuando debo quedarme en una casa donde no hay libros y yo no porto los míos. Camino como un león enjaulado y prefiero salir a mirar las estrellas o el infinito oscuro hasta que me de sueño.
ResponderEliminarMis deseos para el 2011 son bastante simples: salud para mis nenes y las personas que amo, tener lo suficiente para vivir, conseguir el centenar de libros que tengo haciendo fila en mi memoria, terminar una nueva novela, caminar bajo muchos aguaceros y tormentas, que se invente un virus anticorrupción, que los narcotraficantes se exterminen entre sí, que Estados Unidos pida perdón por todos los atropellos y arrogancias infligidas al resto del planeta y que Berlusconi se ensarte con un transexual. Sólo eso.
Querida Lilymeth, solidísima como siempre.
humor picante de tierras aztecas de nuestra querida Lilymeth... me recordaste un capítulo del Gran Gatsby...
ResponderEliminarDicen que todos merecemos una segunda oportunidad, el consuelo que da el saber que siempre se puede comenzar de nuevo. Pero, quien sabe? Si todo esto es un circulo sin principio ni fin, o una serie de pequeñas linas retas que se entrecruzan en algun momento.
ResponderEliminarEspero que sea como sea, todos hagan su mejor esfuerzo. Que curioso. Me parece que al final, todos hacemos lo mismo.
Les abrazo desde el corazon y les envio mis mejores deseos, siempre. Feliz año nuevo.
Feliz año nuevo, querida Lilymeth. Tengo la certeza de que el 2011 daremos bastante pelea en muchos frentes.
ResponderEliminarUn abrazo bien apretado.
Recuerdo que tempranamente en mi vida sentí el impacto de las letras de Henry Miller. Mi primera etapa creativa le debió mucho a él.
ResponderEliminarLuego vinieron muchos otros, como Thomas Bernhard, Milan Kundera, Raymond Carver, Vladimir Nabokov y Charles Bukowski, entre otros tantos.
Más tarde vendría la influencia de escritores estadounidenses como Steinbeck, Dreiser, Scott Fitzgerald, Stephen Crane, Kennedy Toole y el mismo Hemingway. Durante mi última etapa creativo-apreciativa seguí muy de cerca a Philip Roth, Paul Auster, Delillo, Capote y Richard Ford. La literatura hispanoamericana también me aportó lo suyo, desde Cervantes hasta Cela.
Una multitud se agolpa en las puertas de mi propia creación. A nadie le hago la desconocida. A todos le debo algo, pero creo que a estas alturas he logrado crear palabras con mi propio sonido.
Lo que nunca he dejado de leer, y que creo que ha influido en gran parte de mi forma de ver y sentir las cosas, es la poesía, la buena poesía, desde la china y japonesa, pasando por la árabe y europea hasta la americana. La poesía es necesaria incluso y sobretodo para filosofar, reflexionar paradojas y resolver dilemas matemáticos.
La poesía es fundamental y un cran complemento para todo tipo de creación. Yo me he inspirado también en autores de todo tipo. Ahora también me inspiro en todos vosotros. Tenéis mucho que decir y decís muchas cosas. Eso me da fuerza y valor para escribir sobre aspectos que tenía vetados. Por mí misma.
ResponderEliminarPara mí habéis sido un gran descubrimiento.
Un abrazo largo para despedir el año.
(me encantaría desñedir el 2010 a ritmo de canciones de Juan LUís Guerra. Me encanta)
Desandas lo escrito, línea a línea deshaces listas de deseos y dejas un papel en blanco ávido de una pluma imposible, menos posible ahora que ya no usamos sino el teclado y la ventana electrónica. Tu despedida del pasado es bella; te imagino como una cariátide de Tula, parada y atisbando el tiempo en una despedida del pasado eterna mientras una línea no escrita vuela hacia ti. Un abrazo sororal Lilymeth
ResponderEliminarMe despido de vosotros todos, amigos, en este año que concluye dentro de unas horas y quiero hacer una mencion especial a Maria Eugenia que ha hecho que entrara en contacto con todos vosotros. Gracias amiga. Un abrazo grande. Y mi gratitud impagable.
ResponderEliminarGracias a ti, Concha, por escribir y por unirte al vuelo de los escritores hispanos; desde la costa americana que mi abrazo vuele hasta la costa española, y un beso atragantado de 12 uvas
ResponderEliminarMariaeu
Me atraganto con uvas mientras leo sus comentarios, son todos tan especiales. Bien dice mi hija que son nuestras rarezas las que nos hacen brillar. Gracias a todos por su conteo hacia el fin de año, por compartirse de este modo y contarnos sobre sus experiencias. Un brindis por que no dejen de estar. ! Salud ¡
ResponderEliminarEstupendo escrito, como todos los que he leído de tí. Gracias por compartirlos.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya pasamos mitad de año y sigo con tantos pendientes. Me vino bien esta refrescada de memoria al leer esta entrada, me podré a revisar y manos a la obra.
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