La cara de Buzz no disimulaba su emoción por la orden de la base. Se acomodaba el trajo blanco, grueso, con estriadas. Neil lo imitaba, pero desganado, con movimientos mecánicos, displicente, deseoso de oír una contraorden para disfrutarla dentro del casco. Después, confundido con una tormenta cósmica, vino el empujón: lento, pesado, certero. Derribado en un costado del módulo, Buzz mostró la torpeza de un dinosaurio. Neil jaló la argolla y tuvo el camino libre para el cliché que venía ensayado desde antes del despegue: “Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.
3 Comentarios
En buen chileno: "que gane el más mejol". Ciertamente que este texto literario, perfecto en su forma, desnuda una escaramuza histórica silenciada.
ResponderEliminarSólido, amigo Rodríguez.
La verdadera rebelde fue la bandera.. Vean cómo flameaba en la superficie lunar!! El Buzz de Toy Story es mejor actor...
ResponderEliminarMe robó una sonrisa amigo Claudio :)
Gracias !!!!!!
A los amaericanos les gusta mucho estos circos. Ahora se armaron uno realmente bueno con la muerte de binladen.
ResponderEliminarSaludos. Alicia.