LILYMETH MENA -.
Como en muchos países donde la población católica es mayoría, en México se ultiman ya los detalles para llevar a cabo la escenificación anual de la crucifixión de Jesús el nazareno.
De entre la población se cuentan en decenas si no es que en cientos, los voluntarios para hacerla por lo menos de extra en alguna de las escenas.
El gentil vecino que interpretará al icono en martirio es algún joven que se ha preparado durante todo un año para ello, purificando su cuerpo, esto es, sin beber alcohol, si fornicar fuera del matrimonio, sin faltar a sus padres y siendo buen hombre.
El barrio en el que todo este esfuerzo se lleva a cabo es Iztapalapa, un barrio si no conocido por bravo, si por agreste; donde digamos que no habita lo mas selecto de la sociedad mexicana. Puro populacho para ser mas exactos.
Un barrio en el que no es de extrañar que pululen bandas de malandrines, padres alcohólicos abusadores y chicos, muy chicos, que ya le hacen al pegamento, al pvc o a la marihuana.
Un lugarcito por el que ninguna persona medianamente decente se iría a meter pasada la hora del sereno, por temor a perder la cartera o la honra. Que en contraste, también es un barrio en el que la gente es muy devota y defiende con ferocidad su religión.
Debido a mi separación de la fe cristiana o de cualquier otra fe de las que se adquieren por hábito, nunca he creído en que haga falta el sufrimiento de la carne para ser merecedor a la expiación de los pecados. Si anteponemos que el cuerpo es el templo de dios, al señor no le gustaría mucho ver que nos molemos la espalda a latigazos hasta que nos cuelguen los cueros, creo yo.
Por otro lado, todos aquellos que premeditadamente pecan sabiendo que con el arrepentimiento post mortem o cosas como la confesión o el ayuno se les puede conceder el perdón, y la tan ansiada entrada al cielo, no creo que realmente sepan lo que significa el termino “arrepentimiento de corazón”.
Aunque claro, podríamos culpar un poco a los altos cánones establecidos por las religiones, que nos hacen pecadores solamente con tener malos pensamientos. No eres pecador por fornicar con la esposa del vecino, eres pecador con el solo hecho de verla y pensar que no esta de malos bigotes. Lo mismo que el chiquillo que va a un encargo y se queda con alguna monedita sobrante para comprarse un dulce, su pecado es el hurto. Lo cual lo pone a la altura de un ladrón de bancos o trenes. El pecado es el mismo no importando la magnitud o el monto del motín.
Lo que la iglesia condena es la mala acción en si.
Ayer un contacto del facebook me indicó muy gentilmente que un alma que se guarda estos días de comer carne o de los pecados del cuerpo, expía sus pecados por medio de la contrición (algo que no era necesario pues yo también acudí a la escuela dominical y puedo citar el nuevo testamento y la biblia como el mas creyente). Entonces digamos que un cura violador de niños por el hecho de no comer carne y no violar a nadie estos días, tiene el alma re limpita.
Son tantos y tan variados los ejemplos de cómo los creyentes estiran un poco o un mucho sus dogmas a conveniencia, para poder disfrutar un poco de esta vida, que no me dan ni tantitas ganas de enrolarme en sus filas. Prefiero seguir viviendo dentro de mis parámetros que por ser muy personales, le resultarían a cualquier fiel como poco ortodoxos, pero creo que basta con aplicar un poco de integridad y sentido común a todo lo que hago. Por que creo que no hay cosa más importante que estar en paz con uno mismo para poder estar en paz con los demás.
Ya las cosas de dios…si acaso existiera.
Se las dejo a él.
11 Comentarios
TIENES, AMIGA MÍA, TODA LA RAZÓN DEL MUNDO.
ResponderEliminarCELEBRO QUE EXISTA GENTE PENSANTE COMO TU, Y SEPARE LO RELIGIOSO DE LO MUNDANO.
QUE DESNUDE LA INMUNDICIA DE LA VIDA ECLESIÁSTICA Y ANTEPONGA LA VERDAD A LOS DOGMAS.
LA FELICITO.
EN USTED, EL MUNDO DE LOS CORAZONES, TIENE UN GRAN ALIADO.
GRACIAS
Lily. Tu reflexión es mucho más que magistral. Defines la hipocresía de la religión católica con tal precisión que me gustaría que tu texto se difundiera por todos los tablones de anuncios de escuelas públicas, ayuntamientos, iglesias...
ResponderEliminarEl catolicismo necesita ser desenmascarado como lo necesita la democracia actual.
Te felicito muy sinceramente.
Tu cruda reflexión, Lilymeth, me hizo recordar un programa de televisión que vi hace varios años. Trataba sobre la vida en los barrios marginales de Santiago. Un poblador tenía dos familias a su "cargo" (ambas con esposas e hijos respectivamente) y las dos estaban sumidas en la indigencia más absoluta, sin luz, agua, calefacción ni ninguna comodidad a estas altura de la humanidad considerada como básica. Cuando el periodista lo encara por su condición de católico fervoroso, de misa dominical, y con dos familias a mal traer, el poblador le responde un tanto molesto: "Momentito: la religión es la religión y mi vida privada es mi vida privada".
ResponderEliminarEn la edad media, cuando más fuerza tenía la Iglesia SA, y más absurdas eran sus normas por lo oscurantista de la época, trataban los monjes de definir qué era comestible o no en cuaresma. Además, entonces eran todos los viernes los que no se podía comer carne, no sólo durante todos los 40 días previos a la semana santa.
ResponderEliminarLos monjes, hábiles hipócritas, en cónclave, decidieron que sólo se podía comer lo que creciera de la tierra de la tierra -es decir, frutas, verduras y hortalizas- y lo que sacaran de los ríos y mares. Hecha la Ley, hecha la trampa, Unos monjes lanzaban unos cerdos al río y otros los recogían con redes a la vuelta del mismo, unos metros más abajo, cuando el cerdo ya se había ahogado. Así, no contravenían la orden ni la restricción cuaresmal.
Gracias por tu relato tan sensato y eficaz, Lulymeth.
El sentido común es sin duda el arma más letal ante cualquier religión o ideología política. El problema es que por hábito, costumbre, miedo, mansedumbre o sumisión, muy pocos lo practican.
ResponderEliminarPero afortunadamente vivimos un período histórico relevante en el sentido de que por primera vez en varios siglos, varias de las religiones más extendidas del mundo están siendo puestas contra el paredón y obligadas a formularse sendas autocríticas.
Tu escrito, tan necesario, contingente y certero como los anteriores, Lilymeth.
Justo en el blanco Lilymeth! Bien dicho. Yo digo no al sufrimiento de la carne y a la abtención de la misma los días viernes. También fui educada en una escuela católica y me conozco todas esa patrañas que no hacen más que someter nuestra voluntad y hacer crecer el sentimiento de culpa de forma innecesaria. Llegará un día en que ellos hagan un mea culpa por todas las atrocidades que apañan y esa será muy necesaria.. estoy segura.
ResponderEliminarLas cosas de dios son muy apropiadas, digamos imprescindibles, para mantener mansa, quietecita y postrada a la gente común, a la más ignorante, aquella que no cuestionará nunca el incesante desembolso de diezmos y prebendas para los sinvergüenzas con sotana. Las religiones son armatostes de mentiras, de burdos engaños, de aprovechamiento del esfuerzo de los incautos.
ResponderEliminardios nos libre de llegar a creer en tanta tontera.
Yo digo, forniquemos, bebamos, gritemos obscenidades y comamos cerdo este viernes.
ResponderEliminarCréanme que no pasará nada.
Bien dicho Muzam, dios haga de las suyas y nosotros las nuestras.. somos a penas seres humanos y esas son cosas que a todos nos gustan. Yo agrego muchos chocolates antes del domingo y sin forma de huevo o conejo.
ResponderEliminarMUY BUEN POST. LA REFLEXIÓN ES APROPIADA PARA ESTAS FECHAS TAN INUNDADAS POR HUEVITOS DE CHOCOLATES Y PELÍCULAS DE JESÚS.
ResponderEliminarAPOYO LA PREDICA DEL SR. JORGE MUZAM Y ASI SERÁ MI FIN DE SEMANA SANTA.
Muestra de hipocresia religiosa hay por todas partes del mundo. Esos rituales o costumbres sorprenden mucho en estas epocas sobretodo a quienes vemos a las pascuas como una sucesion de dias libres para rezar, estar con la familia y terminar comiendo a lo grande para festejar la resurrección de Dios. Tanto dolor parece innecesario sin embargo a eso apunta recordar la pasión, es momento de recordar el sacrificio de Dios-Hombre y ser mejor personas dia a dia. Una pena.
ResponderEliminarLaura Sanz