Por Roberto Yáñez
El
caballo de la libertad huye de los asesinos por un campo de flores. En sus ojos
juega un río con sus respectivos niños. La ampolleta del cielo esta encendida
como un caracol en las profundidades de la piedra.
El
caballo blanco de la libertad dobla en la esquina y suda, su galope resuena en
la bóveda del infinito y el infinito
marca una cruz sobre su corazón.
Los asesinos no conocen la eternidad y se despistan y la
botella se embiste contra un haz de signos que
crecía en el carozo del maíz.
El
número uno y el número siempre están de fiesta y en el caballo de la
libertad la libertad libera a la libertad y yo nazco alegremente sobre un
puñado de cenizas.
El
horizonte acoge mis ideas y me reconozco en el espejo de la nada, fluvialmente.
La idea favorece la resurrección
anárquica de las cosas de este mundo. El
caballo de la libertad descansa de sus asesinos y ellos son además idiotas. No
pueden reconocerlo pues ha sido un camote de tiza en lo silvestre. El arco iris
es una palabra controvertida, pensamos, el césped corrige las directrices de mi
caballo-martillo con sólo un gramo náutico de piojo de pared. Los asesinos se
petrificaron en la entrada del espejo y ya vivimos.
Del
libro “ El Objeto del Vértigo” 2004
5 Comentarios
La multitud persigue a la libertad, no para poseerla, sino para matarla.
ResponderEliminarLa libertad se escabulle, pero sola, horriblemente sola.
Visiones anárquicas.
Saludos Roberto.
El caballo puede percibir lo que nadie que no anhele la libertad puede percibir; puede deslizarse por lugares donde los asesinos no pueden; puede ver el universo en su totalidad sin telescopios, ilusiones ni ayahuascas. Sólo el iris limpio de la libertad atravesando la totalidad de los multiuniversos.
ResponderEliminarPero el caballo de la libertad es bueno, y quizás esa bondad sea su perdición, pues nunca sabrá exactamente cuando huir para no recibir el martillazo artero.
Un abrazo de bienvenida amigo Roberto.
No lo logro entender pero sé que habla a favor de la libertad y eso sí me queda muy claro. Hermoso en su rareza.
ResponderEliminarSaludos
Angela
Mi libertad se parece más a un gato, es más pequeño y agil. Mi libertad anda por los tejados, vaga y deambula. Le encanta retozar y procurarse por su cuenta lo mínimo para sobrevivir y así es libremente feliz. Sólo se preocupa de los perros que la persiguen para comerla, los humanos que la quieren para sometarla a sus costumbres. Mi libertad gatuna no quiere amos, no pretende mucho más que disfrutarse. Mi libertad se desplaza a saltitos y coquetamente, es una libertad que no requiere mucho esfuerzo.. y me da un poco de penita ser tan floja pero asi es y he de disfrutarla en su particularidad.
ResponderEliminarMe gusta mucho como es tu libertad, me encantó animalizar la mía luego de leerte. Divertido!
Espero seguir disfrutando de tus escritos por estos lados, saludos!
Los asesinos de la libertad inventaron el dicho: "Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre", para salir exculpados de su propio genocidio.
ResponderEliminarSaludos.