EDUARDO MOLARO -.
/ Del Atlas Desmemoriado del Partido de Lanús
Lanús siempre ha sido un sitio donde sus habitantes han buscado alguna manera de expresarse. Muchos emprendieron el camino del arte, otros el del periodismo, algunos introdujeron sus patas en el fango de la política y otros, sencillamente, se exhibían impúdicamente sin vestimenta en protesta contra vaya a saber qué cosa.
Sin embargo, una buena parte de los nativos lanusenses recurrieron a leyendas escritas en paredes, o a presuntuosos fileteados porteños, o a puteadas lisas y llanas con cualquier pintura de rancio abolengo sobre las paredes emblemáticas.
Los Ómnibus, sin duda, atesoraban en su parte trasera aquellos fileteados con leyendas tales como ¨Lo mejor que hizo mi vieja es al pibe que maneja¨ u otros más filosóficos como ¨Por mi viejo lo tengo, por mi vieja lo doy¨ , o también algunas leyendas arrogantes que revestían un carácter de advertencia: ¨Agujero que diviso, yo le mando mi chorizo¨.
La más ocurrente que hemos encontrado en esta investigación, tal vez sea aquella de ¨¿Qué mirás, pelotudo?¨en una vidriera de ropa íntima femenina.
La asociación graffitera Puto el que lee, se arrogaba el récord de haber realizado 274 pintadas en diez horas de faena. Su eficacia los llevó a ser contratados por distintos partidos políticos durante las campañas electorales. Tal vez por ello no era infrecuente ver un día a los mismos tipos que el día anterior habían pintado ¨Quindimil Intendente¨ repintar la misma pared, pero esta vez con la leyenda ¨Florio a la intendencia¨.
Hombres de duros procedimientos, solían resolver sus asuntos a los tiros toda vez que veían amenazada su fuente de trabajo debido a la incursión de nuevos competidores en el rubro.
El líder de aquel escuadrón era un muchachote de origen paraguayo: Colpayo Pinto. Una vez alguien lo acusó de mercenario y el guaraní se limitó a responder: ¨Si me das cien pesos, No te bajo los dientes¨.
En las antípodas, los melancólicos muchachos de La Patota poética seguían bregando por el buen uso del lenguaje y una tarde decidieron repintar los baños de la estación Lanús, modificando, incluso, las clásicas leyendas groseras que habitaban en el pestilente recinto.
Todos recuerdan la nueva versión de un clásico sanitario, pero esta vez con un lenguaje menos rancio:
Vuestra hez no es pintura,
ni vuestra mano un pincel!
NO seáis, pues, un granuja…
…y límpiadte con papel!
También los fálicos y escatológicos pictogramas que ¨lucían¨ las paredes fueron modificados por los miembros de La Patota Poética, convirtiéndolos en flores, estrellas y escudos del Club Atlético Lanús.
Asimismo intentaron modificar los cantares de la hinchada de Lanús, incluso cambiando el tradicional ¨Mirá, mirá, mirá! Sacale una foto! Se vuelven para Banfield con el culo roto¨ por el más edificante pero menos efectivo ¨Mirad, Mirad, Mirad! Retratad el momento! Regresan a sus lares sin orgullo enhiesto¨.
Según dicen, los honorables miembros de la hinchada granate toleraron a medias este sacrilegio, pero ya agotaron la totalidad de su paciencia cuando les quisieron cambiar el clásico ¨Ya todos saben que el taladro está de luto! Son todos negros! Son todos putos¨ por el insulso ¨Es bien sabido que El Taladro ha entristecido! Son sodomitas! …y son pasivos!¨.
Los muchachos de la Barra Melancólica de la calle Ituzaingo ( Morales, Heráclito, Muzami, Pedro del Mar y otros) veían con simpatía las incursiones de La Patota Poética, aunque entendían que involucrarse en los cánticos tribuneros ya era una desmesura de los poéticos cófrades.
Como siempre, en las antípodas del pensamiento de la Barra Melancólica, el Doctor Eloy Guampetti (afamado jurista y cornudo de la zona) sostenía – con deformado evemerismo – que los integrantes de La Patota Poética ¨…son unos muchachones bastante pelotudos que no tienen nada provechoso para hacer¨.
Sin embargo, una buena parte de los nativos lanusenses recurrieron a leyendas escritas en paredes, o a presuntuosos fileteados porteños, o a puteadas lisas y llanas con cualquier pintura de rancio abolengo sobre las paredes emblemáticas.
Los Ómnibus, sin duda, atesoraban en su parte trasera aquellos fileteados con leyendas tales como ¨Lo mejor que hizo mi vieja es al pibe que maneja¨ u otros más filosóficos como ¨Por mi viejo lo tengo, por mi vieja lo doy¨ , o también algunas leyendas arrogantes que revestían un carácter de advertencia: ¨Agujero que diviso, yo le mando mi chorizo¨.
La más ocurrente que hemos encontrado en esta investigación, tal vez sea aquella de ¨¿Qué mirás, pelotudo?¨en una vidriera de ropa íntima femenina.
La asociación graffitera Puto el que lee, se arrogaba el récord de haber realizado 274 pintadas en diez horas de faena. Su eficacia los llevó a ser contratados por distintos partidos políticos durante las campañas electorales. Tal vez por ello no era infrecuente ver un día a los mismos tipos que el día anterior habían pintado ¨Quindimil Intendente¨ repintar la misma pared, pero esta vez con la leyenda ¨Florio a la intendencia¨.
Hombres de duros procedimientos, solían resolver sus asuntos a los tiros toda vez que veían amenazada su fuente de trabajo debido a la incursión de nuevos competidores en el rubro.
El líder de aquel escuadrón era un muchachote de origen paraguayo: Colpayo Pinto. Una vez alguien lo acusó de mercenario y el guaraní se limitó a responder: ¨Si me das cien pesos, No te bajo los dientes¨.
En las antípodas, los melancólicos muchachos de La Patota poética seguían bregando por el buen uso del lenguaje y una tarde decidieron repintar los baños de la estación Lanús, modificando, incluso, las clásicas leyendas groseras que habitaban en el pestilente recinto.
Todos recuerdan la nueva versión de un clásico sanitario, pero esta vez con un lenguaje menos rancio:
Vuestra hez no es pintura,
ni vuestra mano un pincel!
NO seáis, pues, un granuja…
…y límpiadte con papel!
También los fálicos y escatológicos pictogramas que ¨lucían¨ las paredes fueron modificados por los miembros de La Patota Poética, convirtiéndolos en flores, estrellas y escudos del Club Atlético Lanús.
Asimismo intentaron modificar los cantares de la hinchada de Lanús, incluso cambiando el tradicional ¨Mirá, mirá, mirá! Sacale una foto! Se vuelven para Banfield con el culo roto¨ por el más edificante pero menos efectivo ¨Mirad, Mirad, Mirad! Retratad el momento! Regresan a sus lares sin orgullo enhiesto¨.
Según dicen, los honorables miembros de la hinchada granate toleraron a medias este sacrilegio, pero ya agotaron la totalidad de su paciencia cuando les quisieron cambiar el clásico ¨Ya todos saben que el taladro está de luto! Son todos negros! Son todos putos¨ por el insulso ¨Es bien sabido que El Taladro ha entristecido! Son sodomitas! …y son pasivos!¨.
Los muchachos de la Barra Melancólica de la calle Ituzaingo ( Morales, Heráclito, Muzami, Pedro del Mar y otros) veían con simpatía las incursiones de La Patota Poética, aunque entendían que involucrarse en los cánticos tribuneros ya era una desmesura de los poéticos cófrades.
Como siempre, en las antípodas del pensamiento de la Barra Melancólica, el Doctor Eloy Guampetti (afamado jurista y cornudo de la zona) sostenía – con deformado evemerismo – que los integrantes de La Patota Poética ¨…son unos muchachones bastante pelotudos que no tienen nada provechoso para hacer¨.
8 Comentarios
Cronista, poeta, antropólogo, memorialista, investigador, el narrador del Atlas Desmemoriado se las trae.
ResponderEliminarMuy bueno, estimado amigo.
Un abrazo
Una vez más, gracias! Lo de ¨memorialista ¨no recuerdo si es cierto o no...
EliminarTan vivido que casi los oigo cantar y los veo pintar. Muy bien narrado y sobre todo muy bien puesto todo para hacerme acordar lo que es Lanús como partido y la pasión futbolera.
ResponderEliminarSaludos!
Me he tentado de invitarla algún día a conocer Lanús. Pero temo que, finalmente, se me desilusione, bella amiga.
Eliminarsoy molarista, espero cada cosa que publicas y admiro los recursos que tienes como humoristo; lo cambiar a fino las pintadas de los baños es muy cómico, y con versito además.
ResponderEliminarhumoristA, te aseguro que no fue intencional
EliminarGRacias, Piru! ME dio miedo que la palabra ¨Molarista ¨se pareciera tanto a ¨Moralista ¨. Ay! Perdón! YA pasó! Menos mal!..
Eliminarno temas; tú pa'lante, no hagas caso a lo que te digan, salvo que sean de Lanús
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