El día en que Lanús fue sede de la Reunión Mundial de Brujas y Hechiceros

EDUARDO MOLARO -.

/ Del Atlas Desmemoriado del Partido de Lanús

Cada cinco años el BUHO (Buró Unificado de Hechiceros Organizados) elegía una sede donde reunir a sus miembros para una Asamblea y un Congreso sobre Oscuras Artes tales como la brujería, el mal de ojo y la venta de autos usados.

A principios de la década del '80 la Locali...dad de Lanús fue seleccionada como Sede de aquel ecuménico acontecimiento.

Hechiceros, nigromantes, blacamanes y contadores públicos de todo el mundo se reunieron aquella vez en las cálidas instalaciones de El palacio del Cine, sobre la avenida Pavón, para debatir sobre estos esotéricos menesteres. 

En representación de los brujos lanusenses, estaba el Maestro Jean Pierre del Gualichó, líder de la secta secretamente conocida como "Los hechiceros de la calle Oyuelas"
.
Quien asistió también allí, en noble carácter de colado, fue el Brujo Maciel, amigo de los muchachos de la barra poética de la calle Ituzaingó y un profesional de las oscuras artes, cuya eficacia en esas lides le hacía apuntarle al cura y acertarle al campanario. Tal vez por esa ineficacia no fue invitado oficialmente al evento. 

Él, sin embargo, prefería creer que aquella omisión obedecía a que sólo aplicaba sus escasos (aunque dudosos) poderes para beneficiar a las buenas personas.

Con menos entusiasmo que solidaridad, acompañando a Maciel estaban sus amigos Edmundo Morales, Heráclito D´Exceso y Pedro del Mar, el famoso cantor mudo de la calle Posadas.

La apertura del evento estuvo a cargo del presidente del BUHO para Latinoamérica, el Pai Lémon, un agridulce maestro brasileño de aquellas oscuras artes.

El primer planteo que hizo el diletante fue: "¿Por qué la sociedad ya no nos teme como antes?"

A partir de allí, casi todos los brujos y hechiceras brindaron sus pareceres sobre el particular en un tedioso debate que provocó el acalambramiento de mandíbulas de Heráclito de tanto bostezar.

Edmundo, para entonces, despertaba de una breve y reparadora siesta, y encontraba una manera de sobrellevar aquel bodrio instalando impúdicamente su mirada en el escote de una brujita uruguaya que se encontraba en el panel principal.

Luego, una hechicera chilena (algo entrada en carnes, pero no exenta de encantos) presentó el temario a tratar: 

1) Cómo hacer un Filtro de amor para un boludo con plata.
2) Poción inflamadora de hemorroides para el que ocupa nuestro asiento.
3) Elixir para la eterna decrepitud.
4) Ungüento para una vida sexual de puta madre.
5) Manzana para la fealdad de nuestras cuñadas.

Lo notorio fue que cada veinte minutos, en la pantalla cinematográfica aparecían avisos publicitarios. 

Uno de ellos concitó nuestra atención: 

"Hay personas que están hartas de fracasar en los negocios. 
Muchas veces hemos escuchado decir a un hombre cuyo negocio no funcionó 'Y ahora? ¿ Dónde me meto toda esta mercadería que no pude vender?' Para ellos, tenemos la solución…. LUBRI-OJET !!. .. El primer Gel íntimo lubricante, ideal para los malos negocios. 
LUBRI-OJET !! …y la resignación, será menos dolorosa."

Pero más allá de estos avisos estrafalarios y de la fe del Brujo Maciel en estas cuestiones, la reunión resultaba cada vez más tediosa para nuestros amigos.

- Esto es más aburrido que bailar con la hermana – dijo Heráclito

- Si. Pero mirá qué buenas tetas tiene la brujita uruguaya. Debe tener los "timbres" como dos alfajores! – se entusiasmó Edmundo.

- Zzzzzzzzzzzzz! – se le escuchó a Pedro del Mar.

- Shhhh! Shhh! Déjenme escuchar, carajo! – se quejó el brujo Maciel.

Finalmente, la brujita uruguaya se puso bellamente de pie para iniciar un nuevo debate. Edmundo ya estaba eufórico.

- Mirá, boludo! Mirá! Qué buenas gambas tiene! Le hago un camisón de baba, le hago!

- Mesura, Edmundo. Mesura! – pidió Heráclito, mientras le acariciaba las piernas a su vecina de butaca.

- Esa es Adelma Gambarini. - señaló Maciel - Maestra uruguaya de estas artes.

- No sabés las artes milenarias que compartiría con ella – baboseó Edmundo.

La uruguayita, no tan ajena a lo que pasaba en la tercera fila, siguió con lo suyo y comenzó a preguntar entre los concurrentes:

"Estimados colegas ¿Cuál es el hechizo más eficaz?"

Antes que ninguno, Edmundo, sin ser brujo ni nada que se le parezca, se vio obligado a recoger el guante:

- No hay brujería más eficaz que la de tener un buen par de tetas, señorita!

Aquello incomodó a la concurrencia, aunque no tanto a la brujita uruguaya, que esbozó una sonrisa, acomodó su pechuga y su tez se tornó un tanto más rosada.

Y Edmundo redobló la apuesta:

En el alma de las cosas
No hay promesas, sólo hechos!
Oh, uruguayita pulposa!
Quiero morir en sus pechos!

El público comenzó a alborotarse y el Pai Lémon tomó el micrófono como para poner orden, pero Heráclito lo interrumpió desde la tercera fila.

- Disculpe, Maestro! Antes de hacerse el milico y querer poner orden, dígame una cosa…Hace dos horas que me tienen a pico seco y esta reunión no levanta …¿ a qué hora empieza la orgía?

Allí sí se inició la batahola y las butacas comenzaron a volar. El Pai increpó a Heráclito desde el micrófono y el polígrafo, fiel a su destino de saldar las cuentas de contado, subió al escenario y lo cagó a trompadas.

Pedro del Mar despertó repentinamente y, al ver la gresca multitudinaria, sonrió placenteramente al descubrir que, sin lugar a dudas, estaba en Lanús.

El brujo Maciel llorisqueaba bajo una butaca y un hechicero de San Francisco intentaba acariciarle la retaguardia, mientras le susurraba algo dulcemente. Maciel no entendió su lengua de gringo pero sí sus intenciones, y entonces le partió la boca de un castañazo. 

Y mientras Heráclito, pletórico de goce, se trenzaba a golpes con el que se le atreviera, Edmundo iba esquivando butacazos, al tiempo que llevaba de su mano a la uruguayita hacia escondrijos y debates más prometedores. 

Pedro del Mar, un poco más despierto, aprovechó la confusión para robarse unos bocadillos de la mesa principal y desde el escenario contemplaba sonriente esa bacanal de primorosa violencia. 

El Pai Lémon, en su siesta involuntaria, acusaba la ausencia de cuatro dientes y la presencia de un ojo negro.

Para entonces, Edmundo interrumpía un beso apasionado necesitado de decirle a su amada…

- Lo dicho! No hay brujería más eficaz que un buen par de tetas!

Pero mientras Heráclito, con la bragueta abierta, tomaba el micrófono para convocar a nuevos contrincantes al grito de ¨Embrujame ésta!¨, en un rincón de la sala, un desilusionado brujo Maciel no dejaba de lamentarse:

- Puta madre! Ahora sí que nunca más me van a invitar al congreso de brujos, ´ta que los reparió! 

Aquella prodigiosa gresca siguió una hora más.

La policía, con increíble sabiduría y nobleza, demoró un buen rato en ingresar a la sala.

Publicar un comentario

7 Comentarios

  1. Un típico texto argentino, desde el humor ,la lengua, el estilo (confluyen muchas herencias ahí: el Negro Fontanarrosa,una pizca de Arlt,y otros más),sin embargo resulta original y peculiar .No soy muy amante del relato satírico, humorístico pero este ha logrado hacerme reir y me parece con esa impronta de la oralidd que es perfecto para relatarlo ante un oyente, público o grabarlo.Tengo en proyecto un micro de radio al que invitaria que suban susaudios los que deseen hacerlo con su voz y sino los leeríamos yo y un par de amigas que andamos en eso. Les gustaría la idea de participar en un emprendimiento así?.Un fuerte abrazo. Pat.-

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Vorax Lectora! Veo que ¨colegamos ¨en eso de hacer radio. Desde ya, cuente con mi colaboración. Elija alguno de mis textos y gustosamente se lo grabo.

      Eliminar
  2. Me habría gustado saber si la brujita uruguaya era una mujer o un sapo hechicero encarnado en una mina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quiero creer que era una tremebunda hembra, estimado Amèrico! ( me hace bien pensar de ese modo )

      Eliminar
  3. Si la convención hubiese sido en Corrientes a esa brujita uruguaya le habrían hecho un pertinente payé. Bajo este hechizo los correntinos podrían haber retenido en estas tierras a tan monumental mujer. El payé tiene muchas aplicaciones pero la de atar el corazón del amado es la más usada en un lugar donde las mujeres son más que hermosas y muy deseables.
    Muy divertido Edu, saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La confianza que los correntinos poseen en el "payé" es tan ciega que cuando no dan el resultado esperado, se lo atribuye a defectos en su confección o a que, del otro lado, la persona a la que debía afectar tiene un "Payé" más poderoso... Eso leí!
      Grande Edu :)

      Eliminar
    2. Ninguna de ustedes dos, permìtanme, necesitan de otro hechizo pa´engatuzar a un gilastro que el de sus propios encantos, bellas amigas.

      Eliminar