Los arboles de Millumarka


PABLO CINGOLANI -.
A Martín Tellechea
Los árboles de Millumarka
Siempre recuerdan
A esas antiguas nieves
Que los ampararon
Retamas de los cerros rojos
Derraman fervor, sus bríos
Allí donde descansó el arriero
Y encendió una dicha, peregrino
Cenizas en el cerro 
Cuando la noche arrecia
Verdades que se angostan
Y en las alas de los colibríes, se refugian
se elevan
Miradas, voces, que distantes buscan
Señales de esa memoria
Que sin cesar recrudece. Amanecen
Allí, en el abra. Allí donde las piedras no morirán jamás.

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