Aldo Alcota
1
Hay
una fiesta en mi cabeza. De las buenas. Esas que jamás se olvidan. Pero no voy
a invitar a nadie. Yo soy amo de esa fiesta. Mi único invitado. Bailo con la
música que me gusta. Soy mi Dj, mi anfitrión, mi maestro, mi discípulo, mi
santo, mi estrella del rock, del pop y del trap. Seré todo lo que quise ser y
nadie me dirá nada. Lo siento. No están invitados a la fiesta que retumba en mi
cabeza.
2
Es
mi party con mucho volumen y sólo yo
escucharé esas canciones que aún no han salido al mercado discográfico. Cuando
me mueva como bailarín de videoclip, me reiré de todos ustedes. Jamás estarán
en mi pista de baile. Haré de mis horas fiesteras mi política de la indecencia,
la brutalidad, la indiferencia hacia el mundo y la carcajada. Me beberé todas
las botellas por haber. La desmesura no tendrá final. Y no filmaré nada para
que nunca conozcan los detalles de mis fiestas. No subiré a YouTube mi
diversión. Mis fiestas son mis fiestas. Mi cabeza es una discoteca privada. No
quiero que me pidan nada. Quiero que me dejen tranquilo con mi ritmo.
3
Jalaré
en una de mis fiestas las cenizas de Truman Capote. Será un regalo a mí mismo.
Compraré las cenizas del escritor en la subasta de Julien’s Auctions y las
esnifaré durante varios días. Tendré mucha energía para bailar. Como lo hacía
Capote en Studio 54. Me convertiré en
alguien incontrolable. Mis piernas no pararán. Llevaré sombrero y lentes
oscuros como el autor de El arpa de
hierba, uno de mis libros favoritos. Las cenizas de Capote irán de la
cajita japonesa a mi nariz. A nadie le convidaré. Y saltaré como un ternero de
dos cabezas. Seré diferente a todos. Son mis fiestas y quemaré con mi
encendedor el dinero que encuentre a mi paso.
4
Me
he convocado a una fiesta descomunal para celebrar mi triunfo como candidato a
la presidencia del país. Los he engañado a todos y no podrá ir nadie a la
fiesta del triunfo. Iré sin bañarme, enloquecido, sin documentos, con los
zapatos llenos de polvo. Espero pisar caca de perro para que todo huela bestial
y oiré un bucle electrónico.
5
Para
que ninguno de mis votantes llore por no poder ir a mis fiestas, les regalaré
sonidos de risas en bucle como premio de consuelo. Podrán disfrutarlo en sus
casas y dormir tranquilamente sin problemas.
6
Voy
a bailar dentro de mi cabeza como lo hacía Truman Capote junto a Marilyn
Monroe, Liza Minelli y Grace Jones. Y comeré la bola de la discoteca como si
fuera un melón. Trataré de ahogarme. Toseré con ganas y esa tos será escuchada
en las pesadillas de los que nunca me escucharon. No los dejaré tranquilos.
7
Mis
bailes son experimentos caseros. El que quiera imitar mis movimientos tendrá
que pagar. Son mis derechos de autor. Con el dinero recaudado publicaré poesía
cursi sobre mí. Nada me detendrá. Se van a comer mis libros con papitas fritas.
Soy una fiesta todos los días del año. Me enamoro de mis fiestas. Cada una es
un capítulo de una novela que sólo la escribo en mi cabeza. Las razones de mis
fiestas son mis ganas de olvidarme de ustedes. Quiero muchos focos en mis
fiestas. Repetiré cientos de veces la palabra fiesta hasta cansarme. Sí. Es
importante lo que pasa en mi cabeza. Apuesto a que ustedes no pueden hacer las
fiestas que yo hago. Todo en mi mente es festividad, festival de borrachera
presidencial. Mi ley.
8
Dentro
de mi cabeza, proyectaré las siguientes películas en pantalla gigante:
Meshes of the afternoon. Maya Deren. Estados Unidos. 1943.
Las margaritas.
Věra Chytilová. Checoslovaquia.
1966.
Un perro andaluz.
Luis Buñuel / Salvador Dalí. Francia. 1929.
Los olvidados.
Luis Buñuel. México. 1950.
El unicornio.
Louis Malle. Francia / Alemania. 1975.
Fausto. Jan
Švankmajer. República Checa. 1994.
Las tres coronas del
marinero. Raúl
Ruiz. Francia. 1983.
Alicia o la última
fuga. Claude
Chabrol. Francia. 1977.
Miedo y asco en Las
Vegas. Terry
Gilliam. Estados Unidos. 1998.
El manuscrito
encontrado en Zaragoza. Wojciech Jerzy Has. Polonia. 1965.
Los cantos de Maldoror. Shuji Terayama. Japón. 1977.
Se escucha hasta la madrugada:
hoy yo no quiero
fumar regular, tráeme un kush que me haga sentir espectacular.
9
Les
regalo una fiesta. Con mucha hamburguesas, pizzas, completos, bebidas,
cervezas, platos de cartón y vasos de plásticos. He pensado en un gramófono.
Que la fiesta tenga un aire nostálgico. Mis talones están a un nivel
excepcional. Bailo mientras planeo un gran sabotaje contra ustedes.
10
Jamás
tendrán las fiestas que hay en mi cabeza. No escucharán mi música y tampoco la bailarán. No insistan.
3 Comentarios
felicitaciones... muy buen texto
ResponderEliminarEscritura interesante. El absurdo y lo poético en su máxima expresión. Muchas felicidades y espero más obra suya. Vanguardia absoluta.
ResponderEliminarDomingo Villena
Bienvenido nuevamente a este hogar literario, querido amigo. Un abrazo muy grande.
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