Homero
Carvalho Oliva
En
la Feria Internacional del libro de La Habana, Cuba, tuve la suerte (que es
otro de los nombres de Dios) de adquirir varios ejemplares a precios regalados.
Uno de ellos fue El caballo de la
palabra. Proverbios y enigmas africanos, de Rogelio Agustín Martínez Furé,
escritor, poeta, traductor y músico cubano, publicado por Editorial Arte y
Literatura; el año pasado esta obra recibió el Gran Premio del Lector. Martínez
es autor de muchos libros como la antología Poesía
Anónima Africana, así como de recopilaciones, ensayos y ha traducido a
poetas de este continente al español y a otros idiomas.
«Los
proverbios son pequeñas joyas de la sabiduría popular transmitidas de
generación en generación, tan antiguas como la experiencia humana. Bajo el
lenguaje simbólico, o abriéndose paso directo, como un puñal, se ocultan
profundas meditaciones, valores abstractos. La larga experiencia vivida por los
antepasados, que la tradición trae al presente concentrada en una breve frase»,
afirma Martínez en la pequeña introducción titulada “De la sabiduría de los
antepasados”. El libro contiene 772
proverbios, así como 30 enigmas y adivinanzas de diferentes países de África.
La recopilación se abre con un epígrafe de Plinio, el viejo: “De África siempre
se aprende algo nuevo” y con un proverbio Yorubá, que dice: “El proverbio es el
caballo de la palabra; cuando se pierde la palabra es con ayuda del proverbio
como se la vuelve a encontrar”. Haré un pequeño listado de algunos de ellos,
incluyendo el tema y el país, para que aprendamos de su sabiduría:
Del amor:
“A los que se aman les basta una mirada para reconocerse”, Congo. “Cuando el
amor se desgarra no se le pueden remendar las orillas”, Madagascar. “Hay cuatro
especies de amor: El de la mujer, que vuele ciego; el de la fortuna, que
corrompe el alma; el del poder, que vuelve cruel; y de la ciencia, que hace del
hombre un ser razonable”, Sudán. “Sabemos a quienes amamos, pero a quienes nos
aman”, Nigeria.
De la muerte:
“La vida es lenta en venir, la muerte inmediata”, Sudáfrica. “La persona
enferma invita a la muerte con su propia boca”, Nigeria. Tres cosas sin
remedio: La vejez, la muerte, la necedad”, Fulbé. “Cuando la muerte mata a
nuestros contemporáneos, nos está avisando”, Nigeria. “Hay algo peor que la
muerte, el miedo a la muerte”, Bantu. “El mundo es un mercado que visitamos, el
Otro Mundo es el hogar”, Nigeria.
De los dioses:
“Dios es aire”, Angola. “De día Dios es tu señor, pero de noche, el fusil es tu
Dios”, Marruecos. “Dios no revela a nadie lo que hará”, Nigeria. “Cuando Dios
quiere dar conoce la casa”, Argelia. “Dios les da a todos la vida, pero no el
mismo espíritu”, Guinea. “Alá le da fortuna a todo el mundo, menos al que se
pasa la vida durmiendo”, Mali.
De las fuerzas ocultas:
“El orgulloso se disgusta cuando otra persona está contenta”, Yorubá. “El bien
y el mal son hermanos”, Argelia. De los
elementos: “Fuego engendra ceniza”, Angola. “El que riega cenizas, las
cenizas lo siguen”, Nigeria. “Se conoce la tierra por el barro, el cielo por la
luna”, Etiopía. “Un pozo seco no se llena con rocío”, Argelia. “Si oyes decir
que el sol seca todo, muéstrales el río”, Fulbé. “El agua del río corre sin oír
al hombre que tiene sed”, Kenya.
De los animales y plantas: “No
es por la edad que se reconoce al elefante, sino por su marcha”, Angola. “El
elefante es su trompa”, Sudáfrica. “¡Ese es uno que intenta cazar en la cueva
del león!”, Madagascar. “No censure a Dios por haber creado al tigre,
agradécele más bien por no haberle dado alas”, Etiopía. “La hiena se pasa el
día y la noche orando; sin embargo, las cabras no se fían de ellas”, Fulbé. “Se
lobo con los lobos”, Angola. “El insecto que te picará, siempre está oculto
entre tus ropas”, Ghana.
Del hombre:
“El hombre es el prójimo”, Sudáfrica. “Un solo dedo no recoge un grano del
suelo”, Mali. “Si alguien piensa que andar en pareja es inútil, que se agarre
el labio superior y vea si el inferior puede hablar solo”, Nigeria. “El hombre
se hace hombre con los otros”, Sudáfrica. “Si no te ayudas a ti mismo, pronto
morirás”, Shona. “Cuando no hay ancianos se echa a perder el pueblo”, Nigeria.
“El vientre de la madre tiñe al hijo”, Alto Volta. “Mujer no conoce jefe”,
Sudáfrica. “La mujer es fuente donde todos los cántaros se rompen”, Camerún.
“El que odia se odia a sí mismo”, Xhosa. “El derecho es brasa, si te apoderas
de ella te quema las manos”, Shongai.” Muchas palabras no llenan un cesto”,
Nigeria. “La amistad es huella que desaparece en la arena, si no la rehacen
cesar”, Bantu.
De la Guerra:
“La discusión engendra la batalla”, Benin. “No esperes el día de la batalla
para tener listas tus armas”, Nigeria. “El valiente llora, pero no corren sus
lágrimas”, Congo. Y para terminar un enigma congoleño: ¿Qué es lo que recibimos
sin dar gracias, poseemos sin saber cómo y perdemos sin darnos cuenta?
2 Comentarios
Qué hermosa recopilación de sabiduría ancestral, querido Homero. Felicitaciones por la excelente reseña, y que sean extensivas también al autor del libro, Rogelio Agustín Martínez Furé.
ResponderEliminarExcelente provocación para buscar el libro. Saludos.
ResponderEliminarFer