Roberto Burgos Cantor
¿Cuál su rostro?
De sorpresa en sorpresa vemos complicarse algo que parecía inobjetable. fundamento de una forma de vida que requería sosiego, florecer de la palabra para fundar acuerdos y disensos que recorran juntos los linderos de una sociedad en la cual caben todos.
¿Cuánto demora el odio en encontrar el sumidero?
¿Cómo se cambia el coro de insultos, amenazas, mentiras, por un diálogo capaz de deponer el motivo inflexible de cada quien y darle una oportunidad al decurso de la vida, a su fluir paciente, sin la agonía de convertirnos en apóstoles de nuestras personales convicciones?
Somos: si. Pero somos más con el otro.
Puestos a decidir, mediante el voto, vieja contabilidad interferida por el humor, la necesidad, el desquite, el premio de media jornada laboral de descanso, y la voluntad escondida que no se ve; los electores tuvieron para su escogencia a 7 aspirantes. Durante la campaña quedaron 6, menos uno a medias.
Un ramillete para un país que resolvía sus opciones con 2 aspirantes. En algunos años sometidos a la alternancia de cuál partido político juega. Siempre limitada la autonomía del ganador con imposiciones de representación.
Ese número dejaba asomar algún resultado de haber alcanzado un acuerdo que constituye base sólida para avanzar hacia la paz duradera. No es desdeñable considerar que la gente, con el ánimo despercudido, buscó confiar la misión de gobernar a hombres y mujeres distintos, capaces de soñar con el horizonte nuevo y los reclamos impacientes de la gente. Así, al acto político y cívico de elegir, le agregaron sentimientos de reconocimiento social. Al negociador De La Calle Lombana por su desempeño severo y entregado a la solución del conflicto. Al profesor Fajardo en cuanto representaba una llave de liberación: educarse. A Gustavo Petro porque su sueño con cimientos de rigor constituía la voz de los perseguidos, mártires de la exclusión. Los otros dos pertenecían a los planes sin riesgo de un ejercicio tradicional.
Hay que pensar que en el panorama tan nuevo como pleno de tensiones, muchos, demasiados, dispuestos a votar, consideraron la primera vuelta como el momento de cumplir con una gentileza no reprochable.
Ahora en las que se está: reagrupar dirección, “Cambiar la vida es ejercer lo universal”.
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