Presente siempre
Aunque el óxido carcoma mis labios, ahueque mis hombros y agriete mi piel, volvería a vivirte como te viví
Así y todo, compañero del alma, así y todo y a pesar de todo lo que soñamos, lo que luchamos y lo que no pudimos hacer la revolución que queríamos tanto, volvería a vivirte como te viví
Volvería a vivirte en la memoria de cada uno de nuestros mártires, sobre todo de los nuestros, de los más propios: Dalmiro Flores, los patriotas de Malvinas, el turco Haidar, el Carlón –y sus poemas-, el viejo Cambiasso
Volvería a vivirte en cada desgarro y en cada abrazo que nos dimos en esa Plaza de Mayo todos esos jueves que nos abrazábamos juntos con la Juana, juntos con la Sara, juntos con Beatriz: juntos con las Madres de nuestros hermanos detenidos-desaparecidos
Volvería a vivirte en cada uno y todos los momentos que vivimos juntos pateando el barrio, militando en la orga, sintiendo que teníamos un deber, una misión y una patria que construir
Volvería a vivirte, así como fuiste, así como fuiste en tu dolor, en tu candor, en tu desfachatez, en tu mística: por algo te quisimos, gordo, porque eras vos y, a la vez, eras una parte –la más sensible- de todos nosotros
Volvería a vivirte, hermano, volvería a vivirte, amigo, volvería siempre a vivirte, compañero
Ahora que te recuerdo, recuerdo una vez el mar, una playa desolada y un muelle que se internaba valiente en el océano Atlántico. Allí juramos, con Paco más, que nunca moriríamos y, sin embargo, vos te nos fuiste, te fuiste con Pappo a esos nuevos cielos desde donde, yo sé, que nos estás esperando
Hasta que eso suceda, alma mater del Oeste, blusero y montonero hasta que la última piedra lo desmienta, te volvería a vivir, hermano, porque vos no sabés, desde allá arriba, cómo se puede extrañar, porque vos no sabés, Ricardo, cómo te extraño.
Pablo Cingolani
Antaqawa, 21 de junio de 2019, solsticio de invierno
0 Comentarios