Amaru

Pablo Cingolani

Cuando lo conocí al Amaru, pensé en Astroboy, en un súper-pibe, que llegaba desde el valle silicona a la galaxia Bolivia, me cayó bien desde el principio, piel a piel, corazones que se desatan y se anudan por algo, por algún motivo, no importaba, no sabía cuál era, pero era así, no era coyuntural, era emotivo

Por eso, simplemente porque era así, fue con el único compañero que caminamos, juntos, una montaña

Paso a paso, subiendo, llegamos hasta la apacheta

Si hay un pacto, si hay algo fraterno, si existe algo que une a los seres humanos, se forja así, se labra entre las piedras y con las piedras

Luego, hicimos un montón de otras cosas juntos, cosas buenas

Compartimos la voz del pueblo en un encuentro de voces que buscaban construcción de la emancipación, voces populares, voces libertarias, allá en Lanús

Compartimos un cuarto de hotel, compartimos un bar, un tren, una noche

Compartimos, desde la bohemia y la patria profunda, agasajar a un poeta, compartimos su poesía, y si algo le da valor a la vida, le da brillo, la signa y la huella, es eso: homenajear a los poetas, a aquellos que libraron la batalla del lenguaje antes que nosotros

Con Amaru, hicimos eso y es tan feliz este recuerdo que me da bríos y alegrías para una vida y para unas cuantas vidas más

Es el único deseo que tengo para vos, ahora que estás en trance, querido Amaru

Una vida, dos vidas, tres vidas, las que sean necesarias: todas las que hagan falta, todas las que te merecés, todas las que nos merecemos

Honrá tu nombre

Volveremos, como te dije, a las montañas.

Pablo Cingolani
Antaqawa, 8 de diciembre de 2019

Imagen: Chris Malebrán

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