Blancos, negros, albinos, mulatos y blanqueadores de la piel


Aterrizando al aeropuerto de Lagos, desde la ventanilla sobran imaginarios, las calaminas se vuelven espejos, la tierra quemada por el sol es sangre viva, un rastafari de colores adornan pieles negras. Miles de años atrás desde aquí inició un paseo humano de nunca acabar. Eran hombres y mujeres de piel negras, caminaron años y kilómetros en todas direcciones, se adaptaron y cambiaron según el clima y la alimentación. El finlandés es alto y blanco y el masái es alto y negro, el andino es bajo y moreno, así habrán sido también Ulises, Aníbal y Ciro el Grande. Miles de años después, un día en el aeropuerto de Lagos, en la espera del vuelo hacia Yaundé, entré a una tienda del Duty free, entre cigarrillos y whisky de todas marcas vi una cola de mujeres probándose en su piel una pomada. Había mujeres y también hombres que olían el producto, todos miraban sus efectos en la piel, algunas perplejidades salían de sus bocas y de sus estupefactas miradas. Era la milagrosa pomada blanqueadora de la piel que estaban promocionando unos encorbatados vendedores de humo, todos excelentemente acompañado por muchas Venus con una piel ya moderadamente más blanqueada de las demás.

En la África negra los mulatos, a causa del tono más pálido de su piel, pierden todo el respeto, ya son considerados frutos impuros; a los albinos se los consideran poseedores de algo que los negros no poseen, un poder blanco en un cuerpo negro. Durante las elecciones en Guinea Ecuatorial tuvimos que ocultar en un container, por un cauteloso periodo, a nuestro amigo Mateus, él era albino y por lo tanto sospechoso de poderes que los demás no tenían. Así me dijeron, y por eso lo escondimos. Magia negra y Vudú, rituales de profundas raíces, desde el alba de un mundo y en un continuo movimiento, sueños que llegando del mar penetraron lo más profundo de nuestra esencia, la piel.

En las playas de todos los centros turísticos del mundo pieles blancas van broceándose, con aceites a base de zanahoria, de coco, de cascara de nuez, en antítesis con la mujer nigeriana, con la camerunesa, con todas las mujeres de la África negra.

El blanco desea ser negro en su piel, el negro se blanquea para cambiar su estatus, los mulatos y los albinos sufren, uno el fruto de un mestizaje, el otro el azar genético. Todos deseando cambiar de piel.

Maurizio Bagatin, 17 noviembre 2021
Imagen: Toile de Korhogo

Publicar un comentario

0 Comentarios