Una lectura de Yonaguni de Rodrigo Villegas
Como en el íncipit de La línea de sombra de Joseph Conrad: “Solo los jóvenes conocen momentos semejantes. No quiero decir los muy jóvenes, no; pues estos, a decir verdad, no tienen momentos. Vivir más allá de sus días, en esas magnifica continuidad de esperanza que ignora toda pausa e introspección, es el privilegio de la primera juventud”, hay la juventud que todos un día, y de diferentes o igual manera, añoraremos.
A uno le adolece y entonces crea; con el cuidado de las palabras, con un minimalismo que es un realismo que llega a las semillas que cantan debajo de la tierra …uno deja ser, fluye en él Heráclito y el tiempo es Salgari y el amor cortés de ayer, la espada y el caballo, y hoy es el teclado, la pantalla…¡qué importa!, la esencia de la poesía está en el núcleo que la palabra sigue buscando, adentro de esta nuestra imperfección. Y en el carrusel que Rodrigo invita disfrutar, ¡qué importa!, Louise Glück nos espera recordándonos que “Miramos el mundo una única vez, en la infancia. El resto es memoria”.
Maurizio Bagatin, 6 de octubre 2022
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