Bajaba por una de las calles que flanquea la Plaza Mayor. En las veredas, hay una babel de la precariedad: vendedores de medias o periódicos, ofertantes de estuches para teléfonos o maíz tostado para las palomas, adivinos, magos de la sobrevivencia, lustras. Uno me lanzó: ¿lustro? Hicimos contacto visual y le dije que no, seguía bajando. Ya estaba mirando mi camino -más vendedores, más sobrevivientes, taxis, trufis y minibuses confundidos en la calle-, cuando escuché la palabra mágica de esta mi mañana urbana. Él dijo: shining
Imantado, me di la vuelta, nos vimos -nos vimos el alma- y nos cagamos de risa como debe ser, nos reímos de todo y de nada, nos reímos de ese shining que significa todo y no significa nada, nos reímos porque reír es el mejor antídoto contra todos los males de este mundo. Conectamos con el muchacho -tendría 17-18 años. Vestía un pingüino negro y sus dientes blancos como la nieve blanca destacaban más aún en su sonrisa franca, directa, honesta. Le hice un gesto de todo bien y seguí mi camino. No me pude olvidar de esa sonrisa…
Si hubiéramos construido el socialismo como queríamos con los compañeros, un socialismo nuestro, nacional, de todos nosotros, del pueblo como forja y destino, pensaba en el trufi que me devolvía a casa, este pibe, con esa sonrisa, esa sonrisa shining, brillante, shining como el sol que hoy se apareció por la plaza y por todos lados después de tanta bienvenida lluvia, shining como las montañas que se lucían bajo ese mismo sol, shining porque así es el mundo que no construimos, ese muchacho de la sonrisa alegre, inspiradora, vital, una sonrisa narrable y poética, si el socialismo hubiera tenido lugar, ¿qué sería de él?
¿Actor de uno de los elencos de teatro popular que alentaría el estado revolucionario?
¿Coordinador de algún programa de educación por el arte?
¿Poeta, poeta de la revolución?
¿Un Mayakovski andino?
¿Otro Neruda?
Andá a saber…
Una sonrisa lo puede todo; una revolución creíamos/soñábamos que también. Ni modo.
Sentí, adentro de esa jaula que son los trufis y más profundo en mi corazón: Shine on you crazy diamond, Sigue brillando diamante loco…Pink Floyd al mango, desatando mis sentimientos…
El lustrabotas, aunque no hayamos tomado el poder y construido el socialismo, es el poeta, es el poeta de la revolución, es mi poeta de la revolución, es el poeta de mi revolución.
Brilla, sigue brillando, hermanito… (y, como siempre, ¡Viva Perón!)
Pablo Cingolani
Antaqawa, 7 de febrero de 2023
0 Comentarios