Conflictos para entender, conflictos para entendernos. Amanece el sábado casi feriado con la brutal huella de los seres. Kanay, leo en el diccionario Quechua-Castellano de Jesús Lara, significa quemar, hacer fogata, de ahí, muchos me confirman se origina Kanata. Cuando bajaban, los kanata, eran azotes de Dios, como los Unos de Atila. Así nuestra Llajta ayer, así casi siempre en estos últimos años.
Muchos mensajes que viajan a tiempo de una impasible inmediatez: fragilidades que se dejan llevar por cierto romanticismo y la liturgia que ofrece el posmodernismo. Orden y caos dirigen el humo de las mentiras y la música en las calles.
Confluyen en la provincia el pensamiento de la globalización. Aunque todo sea diferente no veo que algo haya cambiado.
Conservo el papel con la poesía en quechua que leyó en su primer examen del runasimi mi hija Nicoletta. Era el primer año de colegio: “…ancha munakuyku Cochabamba/Q’an kanki kachitu Llajta/ashka takitayoj/yakitayoj/sumaj punchay Cochabamba”.
Humos de esperanza, música y fiesta. Los Tiquipaya Golden Blues se despiden con un blues: ”Chicha y rock and roll…”.
Maurizio Bagatin, 25 de junio 2023
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Imagen: El incendio del Parque Tunari la noche de San Juan y los Tiquipaya Golden Blues en la Fiesta de la Música
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