El fuego y el fuego en Kiev


Márcia Batista Ramos

La noche tiene encantos que casi todos los citadinos desconocen. Me encanta pasar la noche allá donde la electricidad todavía no llega y el fuego crepita contando historias que nadie se atrevió a subir en el internet. Aunque sé, que en Járkov abren nuevas vallas a lo largo del jardín, porque la guerra no descansa y produce muertos a cada instante. Los muertos de la guerra no podrán contar sus historias mirando el crepitar del fuego, como quien lee en las llamas cada palabra que, parsimoniosamente, sale del fuego y pasa por la garganta antes que los demás la escuchen.

Me gusta el fuego, pero, en Dnipró el cielo huele a fuego y en el domingo de Ramos las abuelas no tejieron palmas para llevar a la iglesia para que sean bendecidas. Olieron el cielo y en coro dijeron:

- Dios ya batió retirada. ¿Qué hacemos aquí horneando pan?

Sin remordimientos, las abuelas en Dnipró se echaron en la noche bajo la luna, mientras miraban al cielo de fuego y humo, otra vez hablaron en coro:

- Este año no habrá Pascua. Estamos muertas.

A veces, colocamos papas en las brasas y en una caldera de cerámica calentamos el vino con rodajas de naranja, son cosas sencillas que nos permitimos alrededor del fuego en una noche oscura, sin pensar que en Leópolis, la noche está iluminada por cohetes y pavor…

Un vaso de agua no calma el miedo, ni la ira por tanta impotencia. De las manos cae la angustia por no poder hacer nada, mientras del fuego salen palabras que vienen de lejos y que pasan por la garganta, entonces, uno escucha:

-Santísima Virgen María. María, Madre de Dios Misericordiosa…

En la otra banda del rio ladran los perros silenciando la plegaria que hacía el fuego. En cuanto amanece Vínnitsa, así tan sola, sin socorro, totalmente quemada.

Decidimos subir al dormitorio y dejamos las brasas solas como Brianka que no tuvo ayuda para cavar sus vallas en el jardín. Llena de desesperación, cansancio y miedo, apenas apretó en el corazón el dolor sordo e injusto de ser atacada en la noche sin luna por los cohetes de fuego.



Publicar un comentario

0 Comentarios