“En la figura que se llama oxímoron, se aplica a una palabra un epíteto que parece contradecirla; así los gnósticos hablaron de luz oscura; los alquimistas, de un sol negro” -Jorge Luis Borges-
La otra mitad de América ha crecido, la otra mitad del mundo también.
Pienso en lo más profundo de América, de los americanos, en Clint Eastwood, en la inteligencia de las bestias y en la bestialidad de los humanos. Pienso en la violencia de un país donde la violencia se ha vuelto un sentimiento, el Winchester detrás de la puerta, el viejo Far West y el nuevo Far West, la tierra prometida, una novela de John Steinbeck y las películas de los hermanos Coen. Pienso en nuestro sueño hecho de estrellas y rayas, en Woodstock, en Blowin' In The Wind lanzada frente a un viento pálido y anestésico, al fluido amorfo de este siglo. Hoy, más que nunca, pienso en la locura, en la ironía que podría salvarnos, en la belleza de Marilyn Monroe, en una frase de Philip Roth, en la route 66. Pienso en que el “buenos dias, noche” sea el oxímoron de la libertad frente al cautiverio en el cual todos hemos precipitado, todos estamos pasando a través de un embrutecimiento colectivo. Cien años atrás en un lugar de Europa, la situación no era tan diferente. Pienso en la memoria ausente, en su cancelación eterna y mítica. Mañana el sol seguirá, de este a oeste, como invisible a nuestra mirada, el lado oscuro de la luna. Pienso en que el problema no son los políticos, sino los votantes.
Maurizio Bagatin, noviembre 2024
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