Upei opoko tataupare ho’ysa jevyma ity
Despues tocó el lecho del fuego ya estaba frio
-Génesis Guaraní-
21 gramos, es el peso del alma según MacDougall, y 21 son los beneficiarios de este entramado tejido de palabras, de lenguaje poético y de prosa que ve la simbiosis entre cuanto amaba el tipógrafo Bodoni y lo que será, gracias a esta filigrana, “un mejor entendimiento de la lectura”. Necesidades para la contemplación de la palabra. Este tejido envuelto en la armonía de Cesar Vallejo o en las miradas desde un Aleph, tejiendo y tejiendo, creando y creando, amarres y khipus, donde indios y chamanes invocan recuerdos abstractos de conversaciones hechas en tiempos biológicos y en tiempos históricos. Hay un homenaje a las imperfecciones en la escritura de Jumpha Lahiri, un J.M. Coetzee que lee “a su manera” el Robinson Crusoe, Carlos Medinaceli sanando heridas presentes en nuestro lenguaje; una ida y una vuelta como en una cueca, un subir y un bajar como Juan Preciado antes de llegar a Cómala. El escritor es así un pintor y el artista es coleccionista de memorias y caminante de un estilo que puede ser “lo propio de una fragilidad esencial” o “la suma de sus errores”, errores del hombre hasta ser “el sujeto atrapado y torturado por el lenguaje”.
Este desbande es un libro de todos los libros, es una piedra levigada de un rio y un limón en el árbol, todas las flores y un pájaro en un jardín. Aquí se sigue oyendo hablar de la sal de la tierra. Sal rosada y cristalina de ayer, piedra firme al igual que el mármol blanco de Carrara, no sin acercarnos a la languidez de la sinceridad. Tal vez es lo que andamos buscando dias y noches, aquella felicidad que está encerrada en una insignificante concha, relegada en un fugaz parpadeo de nuestros impacientes ojos, en el imperceptible aleteo de un picaflor, en algún instante de nuestro efímero tránsito en la tierra.
Desbande en un libro, que es mucho más que un libro. En uno el autor va describiendo el alma y en el otro el artesano ha ido elaborando una joya tipográfica. En el interior de este desbande, como “animales de las palabras” que somos, hay un transecto de una posible casa del ser.
Maurizio Bagatin, 1 de marzo 2025
Fotos: La joya con dedica de Juan Cristóbal Mac Lean E.
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