JORGE MUZAM -.
Largo rato me cuestioné sobre la pertinencia de escribir esta nota. El país y el mundo está suficiente y hasta excesivamente informado sobre el tema. ¿Qué podría aportar con unas nuevas líneas? La verdad es que bien poco. No he estado presente en el sitio donde están los mineros ni donde se han desarrollado los preparativos del rescate. A pocas horas de que empiece el tan ansiado rescate de los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad, las sensaciones que me acometen son contradictorias.
Tres perforaciones paralelas iniciadas hace 36 días, dieron como resultado la abertura prematura de un orificio con las proporciones suficientes como para iniciar cuanto antes el rescate de los atrapados. La enorme perforadora T130 logró adelantarse en casi dos meses al plazo mínimo presupuestado inicialmente.
En las afueras de la mina esperan emocionados y nerviosos los cuatrocientos familiares de los mineros, que no se han movido de ese lugar desde que se produjo el accidente. Junto a ellos aguardan no menos de 1.800 periodistas provenientes de todo el mundo. La prensa chilena y el gobierno de Sebastián Piñera se han hecho un festín con la popularidad del suceso, armando y transmitiendo en directo al resto del país un masivo reality show, donde están incorporados los familiares, los rescatistas, enfermeros, nutricionistas, psicólogos, policías, militares de elite, cocineras, curiosos y los casi 2000 periodistas extranjeros y nacionales. Las historias y las emociones de cada uno de ellos adornan día y noche las pantallas de los lacrimosos espectadores chilenos.
Piñera debe viajar al extranjero el día 15, y el comentario soterrado de los portales de internet es que el rescate se ha ajustado a su cronómetro político para que pueda endilgarse todos los bonos de popularidad. Probablemente no sea enteramente así, pero eso es lo que parece al ensamblar todos las acciones.
Lo importante y lo que queremos todos los chilenos y toda la población mundial, es que el rescate se ejecute sin contratiempos y que cada uno de los 33 mineros pueda retornar a la brevedad a su vida normal junto a sus seres queridos.
2 Comentarios
He leído mucha gente diciendo que el rescate se atrasó para que el presidente estuviera en el lugar. Pero sigo los twitter de un periodista para nada identificado con el gobierno. El está muy conectado con alguien que está trabajando en el rescate y para nada lo que han informado es que hubiera retraso por alguna razón que no sea técnica... ahora por supuesto cada uno cree lo que quiere, no estamos ni en Cuba ni en Venezuela...
ResponderEliminarYa los romanos habían institucionalizado el circo político como narcotizante del pueblo. Se hizo en el aniversario de la Revolución Francesa, en los distintos aniversarios del Día D, en los pasos del cometa Halley y en los centenarios y bicentenarios de todos los países latinoamericanos. Es decir, se hace cada vez que se puede. Todo sea por conservar un rebaño tranquilo y generar buenos dividendos para las empresas movilizadoras.
ResponderEliminarNunca he hablado contra el enorme esfuerzo que ha significado sacar a los mineros de su entierro. Es mi deseo y el de todos que nada salga mal y que cada uno de los 33 pueda ser ascendido a la superficie sin contratiempos. Mi letras más bien embisten al estruendoso circo que se ha armado en torno al rescate. Circo del que han usufructuado numerosas grandes empresas, medios informativos y el propio gobierno chileno. Muchas cosas que se han hecho no eran necesarias para ayudar al rescate. Don Francisco hablando desde la entrada del socavón no le es útil a nadie, más que a sus propias acciones en la Bolsa. El ministro Mañalich asumiendo una actitud de buen samaritano mientras tiene al resto del sistema de salud botado, o el mismo Golborne, esparciendo sonrisas eroticonas ante las damiselas y haciendo danzar su cuidada cabellera al viento como un príncipe Encantador. Pablovich, por su lado, llenándonos con los mismos adjetivos de siempre. Y qué decir de los silenciosos senadores, diputados y alcaldes de oposición estirando sus segundonas cabecitas detrás de las entrevistado de turno. Y qué decir de los canales de televisión que han implementado un festival de lágrimas para aumentar la audiencia y cobrar más dólares por los avisos publicitarios.
Cuando todo esto pase se necesitará un nuevo motivo de enajenación nacional. Seguramente el círculo cercano de asesores del presidente debe estar trabajando de cabeza en esa búsqueda.