JUAN PABLO JIMÉNEZ -.
Gracias por venir, Miguel, al Teatro Regional de Talca. Ni siquiera lo tenía pauteado. Se le ocurrió al pelado del Pato. Yo andaba sin ganas. Ya me habías emocionado al final de “La Ciudad de los Fotógrafos” con esa canción al viejo comunista. Ese viejo que hoy se siente ajeno con todo esto. Que se quedaba tomando vino con sus amigos conversando hasta que aparecía el sol. Ya me habías emocionado con “La Gran Capital”, ese impacto de lo que significa el smog de Santiago para nosotros los provincianos. Esa soledad. Esos edificios. Esa gente que trata mal. Esas engrupidas que comían tierra cuando chicas y ahora se creen las dueñas del mundo por ganar cien lucas menos que yo y que viven en Santiago. Ya me habías impactado con tus plegarias, con tus ejercicios con la guitarra; con esa forma de hablarle a las cosas. Porque pasas del rock a la guitarra pura; al bombo legüero y las percusiones; y siempre con la impronta de la poesía, que es tu mejor pasaje no sé adonde. Gracias por venir a Talca porque aunque tengamos que pagar peajes, gastar en bencina y cagarnos de hambre, lo hacemos con gusto para escuchar tus hermosos delirios. Gracias por tu improvisación en poema, por la media hora con solo guitarra, por la versión aquella de Florcita Motuda que nos puso la piel de gallina a todos los que allí estábamos en el Teatro Regional de Talca. Gracias por que no es normal en nuestro día a día que alguien nos hable de amor como lo haces tú. Al contrario. Debemos enfrentarnos a diario con la tontera, con la pereza, con la ignorancia, con las opiniones bastardas y quedarnos callados porque no nos queda otra. Gracias por tu bandera de colores, por tu banda impecable, por tus bailes sencillos en el escenario, por lo que nos conversaste entre algunos temas. “Me pierdo en mí mismo y me pierdo en ti también”, se te escapó de la boca como tantas otras frases. Perdona, no puedo dejar de pensar en esa canción al viejo comunista. Se siente ajeno a todo esto que pasa. Hay algo que me hace sentir unido al estado de ese viejo. El cómo recuerda el amor, el cómo piensa en lo que nunca se cumplió. En cómo pasa la vida mientras él no votó por que todo esto pasara. Gracias por decirnos que esperas del silencio. Te entiendo. El silencio habla: lo viví una vez en pleno desierto de noche. Porque se necesita el silencio en medio de tanta estupidez. Porque se necesita el silencio para tomar decisiones, para elegir un camino, para besar el cuerpo completo, completo, completo –en cada uno de sus rincones–, completo de la mujer que transforma tu historia. Gracias porque lo que tú haces con tu voz, tu guitarra, tus versos y tus armonías, es dar belleza a este mundo atestado y sin rumbo. Porque sabes sentir. Porque sabes encontrar las esencias en todo aquello que parece adormecido. Porque le hablas al amor pero no desde las palabras repetidas. Gracias por venir mientras Cerati está dormido…
Gracias por venir a estos senderos a veces olvidados por los grandes. Son tan grandes que puede que se les olvide. Cuando te vimos en la silla cantando con solo tu guitarra, te imaginamos en tu habitación inventando mundos. Mientras tu mujer desnuda dormía en tus sábanas, mientras al lado se escuchaba fuerte la tele; mientras nosotros nos imaginábamos historias a medida que pasaban tus creaciones. Gracias por venir en medio de la desesperanza, de la felicidad momentánea, de mi refrigerador sin comida. Gracias por venir porque tus cosas solo se les ocurren a quienes se quedan cinco minutos pegados en el techo inventando cuentos con los nudos de la madera. Gracias por hablarle al corazón, a las manos, a los ojos.
Queda lo que quema…
5 Comentarios
LORENA, gracias por describir tan bién a Manuel, tus palabras me llegaron en lo más profundo de mí... Lo que genera él, con su manera de ser tan sencilla , con sus letras, su voz, es realmente mágico, nos lleva por lugares increibles a traves de sus interpretaciones, nos lleva a sentirnos amados, acogidos, a creer en los sueños... Manuel tan cercano, tan sensible, tan trasparente, es realmente sublime, que llega muy profundo a todos nosotros, sus amigos, sus seguidores.... Abrazos Lorena....
ResponderEliminarPido disculpas a Juan Pablo, recién me di cuenta que tu lo habías escrito, parece que Lorena lo publico, Gracias amigo por tus palabras bellas hacia Manuel.... Te dejo un abrazo.....
ResponderEliminarSi, lo escribió nuestro amigo JP! Me quedo con el gracias limitado a ser la publicadora de nuestro amigo escritor, esperando que siga siempre.. que no descontinúe porque se lo lee con alegría e interés.
ResponderEliminarSaludos a ambos.
Generoso el que agradece una vicita y yo digo gracias por escribir sobre estos temas, biene bien para un viernes por la noche!
ResponderEliminarTú característica sensibilidad permite recordar y apreciar esa maravillosa reunión con nuestro amigo Manuel, disfrutar su maravillosa poesía, fresca y dócil, su rock con pebre y ese mensaje final de que en las cosas sencillas está lo verdadero y que otro mundo es posible.
ResponderEliminargracias JP, el acierto es tuyo, al asistir, emocionarte y dejar que la tinta fluya. Te insisto, todo un acierto.