Ser "de letras" y sobrevivir

ENCARNA MORÍN -.

“El mundo es una escuela de indagación”: Nuccio Ordine, autor del libro “La utilidad de lo inútil”.

El profesor Nuccio decía hoy mismo en una entrevista, que si dos personas intercambian una manzana, cada uno de ellos tendrá una manzana, pero si por el contrario intercambian ideas, cada uno se llevará consigo dos ideas: la suya propia más la compartida. Ha puesto en cuestión la cultura de la posesión y el beneficio, frente a de la búsqueda, desligada de cualquier utilitarismo.

Yo siempre fui de letras, lo confieso sin pudor. Desde muy joven fui amante de la lectura, la historia, el arte… Pese a ello, pasé por el sistema educativo casi indemne, superando matemáticas, física y química, biología y otras áreas consideradas “científicas”.

La primera vez que me hablaron de Física fue cuando la profesora llenó una pizarra de flechas, unas hacia la derecha y otras a la izquierda, entonces explicó que se trataba de vectores. No hallé ningún símil en la vida real, así que aquel encuentro fue un verdadero encontronazo. Tenía por entonces catorce años y cursaba cuarto de bachillerato elemental. Aprender a descifrar el código ininteligible de la física y química requirió de mí un esfuerzo titánico. No tenía profesor particular, ni nadie en casa que pudiera ayudarme en aquella dificultad. Tuve que memorizar numerosas fórmulas incomprensibles con el fin de volcarlas en algún examen y poder seguir hacia adelante.

Sin embargo, soy capaz de recordar que aquella señora de los vectores tenía acento gallego, era de piel muy blanquita y se llamaba Marisa.

Ser de letras actualmente augura a los jóvenes un futuro incierto laboralmente hablando, salvo que al hablar de ellas estemos refiriéndonos en España al idioma extranjero inglés. Al mismo tiempo, la inaccesibilidad de las ciencias sigue casi igual que antaño. Son asignaturas catalogadas como “difíciles”, no porque requieran una especial inteligencia, sino porque el nivel de abstracción que exigen está desligado frecuentemente de la realidad.

No obstante, el aprendizaje es comunicación y tiene mucho que ver con entender y ser entendido. Nunca se podrá resolver el más complejo problema hipotético de cálculo o álgebra si no se es capaz de descifrar el contenido escrito del mismo e interpretarlo.

El castellano de siempre, ahora obligatoriamente denominado español, es el segundo idioma más hablado del mundo, después del chino. Le sigue en tercer lugar el inglés. El actual borrador de selección de funcionarios docentes del Estado español exige el dominio oral y escrito del inglés. ¿Exigirán a los profesores ingleses hablar perfectamente la también llamada lengua de Cervantes?

No importa que el inglés estuviera ausente del curriculum durante décadas, o que fuera impartido de forma poco rigurosa. Ahora hay que dominarlo por decreto, o se considerará que no estamos a la altura cultural del imperio económico e ideológico.

Nada más cargado de contenido que el lenguaje. Podemos enfrentarnos cada día al nacimiento de nuevas maneras de decir lo mismo, de forma que sea políticamente correcto. Por ejemplo, las Islas Canarias, ya no son una Colonia de Ultramar como dicen los mapas antiguos, ahora se trata de una región ultraperiférica de Europa, aunque estemos a 100 kilómetros del continente africano a hablemos nuestra propia versión del castellano, además de la oficial.

Pertenecemos cultural y políticamente a un continente lejano que finge ser solidario y democrático, pese a que oprime a la mayoría de sus miembros y les impone forma de gestión de sus recursos y sus políticas. Se reparte la deuda, pero se privatiza el beneficio. Se impone la cultura tecnológica desalmada frente a la humanista, buscadora del espíritu y la esencia humana.

¿Y eso que tiene que ver con las matemáticas y el inglés? Posiblemente mucho. El sistema educativo que justifica políticas opresivas que pagan a diez mil euros el salario mensual de los eurodiputados, comprando así el consenso de silencio; necesita individuos que sean adiestrados en la sensación de no valer y no poder, dejando en manos de los que si saben y pueden las decisiones importantes.

Harvey Jackins en su libro “El lado humano de los seres humanos” escrito en 1965, dice: “No tenemos un especie de criaturas defectuosas, inherentemente empeñadas en la mutua destrucción. Tenemos una especie divinamente dotada que crea arte, música, ciencia y belleza y que no actúa negativamente excepto cuando pierde el contacto consigo misma”.

Fotografía: Kristhóval Tacoronte

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4 Comentarios

  1. Anónimo27/4/14

    Muy claro (entendible) concepto de la condición humana generada por la parte cintificista (materialista) de esta sociedad.... redactado desde un punto comunicacional humanista.
    Willyermo

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  2. Anónimo29/4/14

    ¡Bien dicho!
    D. Jiménez.

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  3. Lúcida y valiente reflexión, querida Encarna.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias al foro libre de Plumas Hispanoamericanas y al tu apoyo incondicional, tomamos fuerza y confianza para poner en palabras nuestras reflexiones y percepciones. Un fuerte abrazo Jorge.

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