Cuando el tiempo sagrado arde
Y la lluvia quema
Los ríos suben hasta sus vertientes
Y las vertientes gritan
Cuando las vertientes gritan
No honramos a nuestros muertos
Nuestros muertos se agitan
Y lloran sobre la nieve
Y la nieve se vuelve niebla
Y la niebla, espanto
Y el espanto es atroz, casi invencible
Es cuando vuelvo a alzar la mirada
Y te veo allí, y resplandeces, invicto.
Reviven los tambores, renacen los gritos.
Imagen: Cordillera Real Sud Illimani
1 Comentarios
Buen poema, me gustó mucho :)
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