Hacer dos cosas al mismo tiempo. Sentir y pensar. Ser y estar. Caminar por las dos orillas. De la vertiente, del río, del océano. Siempre complementar. Siempre sumar. Nunca cansarse de dar una mano, los pies, la piel, el corazón, el hombro. Valorar lo propio, el origen, la memoria, la trama que nos liga y nos enlaza. Nos ampara. Nos hermana. Desmontar el lenguaje que oprime el alma. La derrota sólo existe si la nombramos. No huir de nada: ni del camino, ni del destino, esa batalla. No huir de nada: menos del mundo. Hay que ir a encontrarlo. El mundo como huella y encanto de lo propio. El mundo como dolor y desafío, como parto, como correlación de fuerzas, en busca de ese desenlace que fertiliza, que vuelve, que siempre procura esperanza.
*Claudio Rodríguez Morales*
Privado, silencioso y porteño. Observador, melancólico y también porteño.
Algo malicioso, medio tirado a existencialista, per...
Solo anoche terminé de revisar e imprimir los cuentos infantiles incluidos
en mi libro *Los Tiuques Salvajes.* Nació atenazado por mil otras
ocupaciones ...
*Claudio Ferrufino-Coqueugniot*
Me aconsejan que no, que este es el barrio más peligroso de Lyon. Por eso
lo elegí, por su diversidad. Explican la di...
Anchoas en su exacto punto de carnosidad mordida por la mordiente de la mar
en crecida. Piparras navarras al punto de sal ejerciendo nataciones en
vinagr...
*Criancero Alfredo Pino y Alcalde Cristofer Valdés.*
*Jorge Muzam*
Desde tempranas horas del sábado 5 de abril ya estaban instalados y bien
dispuestos en...
*JULIA ROIG*
«Los pedazos se sentaron a escribir»
*John Berryman*
¿Oera *anoche bebí demasiado*? ¿Empezaba así alguna novela de Scott
Fitzgerald? ¿U...
Como estos días es noticia de prensa, casi con llamada a funerales
nacionales, el cierre definitivo del Bar Tánger de San Sebastián, creo que
es un buen mo...
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