A Álvaro Díez Astete
¡Cuánta ceniza, mi dios, hemos rejuntado
Y cuanta ceniza, mi hermano, hemos esparcido!
Batallamos porque sí. Porque así es la vida
La vida que conocemos, esa nuestra vida
Habitada desde lo inmemorial por nosotros mismos
Esa vida que no tiene otra recompensa que vivirla
Esa vida que no huele sino a vida
Esa que vida que se espejea de vida
Esa vida que se camina con más vida
Esa vida que se añeja de vida y de vidas
Esa vida que sólo rememora vida, vidas
Esa vida que estalla a cada rato
Celebrando a la vida
Esa vida que no fuga de la vida
Esa vida que defiende la vida
Desafía a la vida
La vida labio la vida
La vida de piel la vida
La vida corazón de vida
La vida de vides videntes
Verbos verdaderos
Bosques, volcanes
La vida voraz la vida
La vida vértigo la vida
La vida debida
La vida bebida
La vida que no se angosta
Y carga consigo
Como huella y como faro
La vida breve
La vida buena
De nuestros compañeros
La vida vital, la perpetua vida
De nuestros mártires.
Pablo Cingolani
Antaqawa, 11 de octubre de 2018
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