Homero Carvalho
Oliva
Un día fui a uno de los eventos artísticos que organiza
mi hija Carmen Lucía y sus amigos, grande fue mi sorpresa al ver en las paredes
poemas dibujados, al estilo de los caligramas de Guillaume Apollinaire (Roma
1880-París 1918). “Los caligramas son frases o poemas cortos, que en lugar de
escribirse de forma lineal como es la costumbre, los poetas deben usar su
creatividad para colocar las letras de tal manera que éstas representen una
imagen de lo que se está hablando en dicho poema. La palabra caligrama procede
del francés calligramme, que significa figura bella; por lo tanto, un caligrama
expresa su contenido tanto de manera textual, como de manera visual”[1]. Esta forma
poética llevaba la poesía al extremo visual, convirtiéndose en precursora de lo
que luego sería la Poesía concreta que asocia la imagen, la palabra y el
espacio, también se asocia su nacimiento con el surrealismo.. Apollinaire fue
quien inventó la palabra surrealismo y la explicó así: «Cuando el hombre quiso
imitar el andar, creó la rueda, que no se parece en nada a una pierna. Así hizo
surrealismo sin saberlo»
Pregunté quién era la autora, poeta/dibujante/artista y
me presentaron a una hermosa jovencita de profundos ojos negros, cabellos
crespos y piel morena, amparada con la innegable aura de los seres humanos que
nacen para ser hacedores de arte. Recuerdo que le compré uno de sus cuadros y
me lo traje a mi hogar para verlo/leerlo con más calma; aún no lo he colgado en
ninguna pared porque me gusta tocarlo y sentirlo como si las letras volaran
sobre la superficie. La joven artista se llama Graciela María González, de
apenas 22 años.
Graciela es artista visual en práctica desde el año 2015,
forma parte del colectivo “Por la Recuperación de la Memoria” y ha participado
en diversas exposiciones en Bolivia, incluidas la Bienal de Contextos en
Cochabamba y La Paz, Kiosko Galería y el Museo de Arte Contemporáneo en Santa
Cruz de la Sierra. Ella dice que esconde la figura detrás del texto y que escribe/dibuja
para esconder y decir, todo al mismo tiempo, como si se tratara de un juego,
entrelazando formas y palabras donde oculta parte de ella; además es coleccionista
de antigüedades, “reclusa del pasado”, se llama ella y se la puede ver caminando
con vestidos de hace décadas, que ella rescata los vende y los usa. Así la
encontré hace unos días en el CBA con un antiguo y hermoso vestido rojo con
pequeños cuadraditos negros, ajustado en la cintura y tuve un déjà vu, me
pareció ver a mi madre de joven, bella y elegante.
A diferencia de Apollinaire, que dibujaba a mano, Graciela
dibuja con una máquina de escribir, letra por letra va formando la figura que
nació en su imaginación, entonces notamos que además de lo artístico existe un
afán matemático en su arte porque cada letra está donde estar. El de Graciela
es un trabajo de perfeccionistas, de relojeros de esos que ya no existen, de
artesanos de la imagen y la palabra.
Graciela también hace poesía concreta, esa que hizo
famoso a nuestro amigo Eugen Gomringer como en el poema “Las palabras dichas se
borran con el tiempo”
“Los
recuerdos son mudos, mientras más tiempo pasa menos se recuerdan las palabras.
Es entonces cuando nos inventamos los diálogos o decidimos borrarlos por
completo”, Graciela González.
A
propósito de la obra de Graciela, el experto en arte Rodrigo Rada afirma: “El trabajo
de González, joven en términos normativos pero madura en términos de desarrollo
creativo (…) La obra de González repiensa el tiempo, y como este se convierte
en memoria social, corporal e intelectual”.
He
aquí una muestra de su “Herbario”
Leamos
un poema de Graciela:
Rasgada
la piel, escribo para enmendar
Mis
silencios se convierten en letras,
cada
letra es una sutura
Pero
no sano, no cicatrizan mis heridas.
Enhebro
nuevamente,
la
palabra convertida en aguja
el
hilo es verso
rojo, sangrante y lastimero
Punto
cruz, me
persigno,
confieso
y prosigo
Cada
poesía es un rito
Cada
poesía es un zurcido
Los trabajos de Graciela, caligramas, poemas visuales,
poemas, collages y otros Arte/factos, se los pueden apreciar en el blog:
gracielamariablog.wordpress.com
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