Yo no sé si volverá a existir en el mundo un escritor como Roberto Artl, un tipo que escribió a mares y sufría igual y cuyo sufrimiento y su escritura preanunciaban una alborada
Yo no sé si volverá un Rimbaud, un poeta genial, un hijo de puta del mismo tamaño, que fue capaz de abandonar la inmunda torre de marfil para ir a negrear al África y volver gangrenándose a la Europa que detestaba
Yo no sé si Franz Vincent Zappa resucitará: ya pasaron más de tres días
Yo no sé si Juan Perón o Evita o Sandino o Velasco Alvarado o si el general Torrijos volverán para amparar a sus pueblos: ellos murieron
Yo no sé si el viento me seguirá contando las verdades que anhelo
Yo no sé si las piedras me ampararan, si continuaran dialogando conmigo
Yo no sé nada, sólo sé que nada sé, como diría aquel griego
Lo único que sé, lo único que siento
Es que si pierdo la fe
Janis Joplin dejará de comunicarse conmigo
Martí dejará de enviarme mensajes desde el cielo
Y el mundo se volverá un sitio irrespirable y horrible
Eso yo lo sé: eso no quiero.
Pablo Cingolani
Antaqawa, 20 de enero de 2019
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