Intuyes que ese vendaval veloz y absurdo no es el mundo que te mereces: tienes razón
Sin embargo, no sabes ni cómo hacer volar tú solo (o acompañado) la isla de Manhattan como profetizaba Drummond
Y entonces te enrollas como un pulpo demente –como el divino conde, como Lautremont, exiliándose de Montevideo- en el fardo del no-way, de no sentir la luz de faro que amanece cada vez que abres los ojos, no sientes que abrir los ojos en este mundo veloz y absurdo que no te mereces es en sí mismo un acto de voluntad, un acto de poderío, un acto revolucionario, es en sí mismo un camino y deberías honrarlo como sólo se honran verdaderamente los caminos: sintiendo que el fragor de la arena es el único aire que nos agasaja, sabiendo que si la arena se escapa de abajo tus pies es porque no te estás moviendo y concluyendo, en fin, que si no te mueves, mi señor, es que estás congelado o estás muerto
Entonces, serenidad, ante todo –diría aquel del que menos te esperas que te inspire
Serenidad, ante todo: si el mundo es un inútil dardo desbocado, si el peligro del mundo, la osadía del mundo se acaba en la tele y en las redes, si sabes que todo eso es mentira y que la mentira es ese límite que no sólo no toleras sino que jamás vas a cruzar, échate a andar y “larga muchacho tu voz… cómo larga la luz el sol/Que aunque tenga que estrellarse/Contra un paredón/Que aunque tenga que estrellarse/Se dividirá en dos” (León Gieco: Hombres de hierro), échate a andar y busca la arena
Esa misma arena que ansiaba Drummond y la encontró sin azares, pura tierra: nacionalismo, querencia, arraigo: nunca fascismo; compromiso con el pueblo, siempre; creatividad no dogmática, libertad definitiva a la piel y a la palabra: poesía pura, belleza pura, “menino do Río…Menino vadio/Tensão flutuante do Rio/Eu canto prá Deus/Proteger-te...” (Caetano Veloso: Menino do Río)
[Dios y la arena… la arena, Dios y el Santo Niño de Atocha para que nos protejan, ¡ay, cuanto quisiera yo que también sea así!… ¡fuera venablos! ¡Fuera venenos! ¡Fuera dagas! serenidad, ante todo. Serenidad]
Pablo Cingolani
Antaqawa, 16 de mayo de 2019
_________________________
Fotografía: Jorge Muzam
0 Comentarios