Río Bermejo, Señor de las Aguas, invoco a tu espíritu: cuídamelos, no los arrastres ni los ahogues, bríndales tus liquidas caricias, dales cauce a su necesidad, calma su sed de justicia
Dioses de la serranía: guíen sus pasos, iluminen su horizonte, ampárenlos con sus helechos y sus cedros, denles sombra sus lapachos, refúgienlos de los hostiles, concédanles la serenidad y la fortaleza de sus piedras
Ellos, que atraviesan las aguas, son portadores de buenas nuevas porque son el pueblo que clama, son dignidad buscando un rumbo, son flores que amanecen, son el rostro decidido del destino
Ellos, bendecidos por tu torrentosa presencia, son el faro humano que desmiente las fronteras, espejea los anhelos de una huella compartida, nos devuelven la fe en el renovado abrazo que la historia nos legó, son simiente sensible de virtud añeja y de patria nueva
Vengan hermanos, vengan, no se detengan, del Amazonas a la Antártida, esparzan su sal sobre la tierra.
Pablo Cingolani
Desde algún lugar, 16 de agosto de 2020
1 Comentarios
Es super rudo, amen.
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