Había una vez… un sueño -el sueño que soñó el soñante
¿Era un sueño breve? Tal vez, pero lo que el soñante sabía -siempre lo supo, incluso antes de soñarlo- es que era un sueño feliz, siempre lo sería
Es que hay sueños…y hay sueños. Hay sueños sinceros de nieve, nieve que brilla, que resplandece, nieve que es faro y bandera de nuevos sueños. Hay sueños maduros como las brevas que nos destapan del hastío y nos arropan de dicha. Hay sueños guerreros que se arman de coraje para enfrentar el insomne devenir de los días. Los hay bebibles, son ríos imparables y el soñante los navega sin temor y sin culpa. Hay sueños de colibríes y sueños con ballenas. Sueños de muelles y sueños con arenas. Sueños de montañas, sueños con abismos, sueños con estrellas. El soñante los sueña a todos; con lo único que no sueña es con la muerte, con el fin de los sueños, mientras la echa -de su sueño-, le grita: a ti, ingrata, no te voy a soñar
Hay sueños eternos que parecen imposibles, sueños de justicia, sueños de igualdad, sueños libres, liberados, sueños de acero templado en más sueños, en otros sueños, en muchos sueños, sueños colectivos y rebeldes, tumultuosos sueños, sueños duros, dolorosos, que se sueñan paso a paso, que se caminan, se alargan en pequeñas victorias cotidianas, se estiran en abrazos, sueños que celebran la vida, sueños que se recorren, se atraviesan, se acarician, sueños que así, muchos sueños breves, muchos sueños simples que se suman, muchos sueños pequeños y felices, sueños así pueden durar toda una vida
Hay sueños ausentes que parecen olvidados: el soñante igual los sueña -sueña con los mártires, con los compañeros, sus amigos idos, siempre los sueña y los sueña vivos
El soñante no cede, no ceja, resiste y resiste, nunca no se rinde - ¡jamás! se rendirá porque el soñante seguirá siempre soñando, soñando su sueño, hasta el final.
Pablo Cingolani
Laderas de Aruntaya, 27 de junio de 2021
Imagen: Ferdinand Hodler
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