Naturaleza y arte


Esta foto es un cuadro casi nocturno que Magritte habría hecho suyo. De ahí que el artista ha desencadenado sus inquietudes. ¿Del origen? No creo, fue el ¿qué es? de donde nació nuestra curiosidad, una manzana, un desnudo, el verde, un descuido expresivo, una certeza…

“La historia no enseña absolutamente nada”, dijo Valéry, y Hegel hubiera enfatizado el absolutamente en lugar que el nada de Paul Valéry.

El picante, una droga ligera y el alcohol estimulan, como una aproximación de la noche, son las endorfinas necesarias y a veces superfluas que necesitamos. Son el frio o la canícula que dibujan los extremos, las antípodas de nuestra bipolaridad. Amor y odio, nunca la indiferencia.

Vuelvo a la foto, es una tarde de un día durante el cual llovió varias veces, torrencialmente, luego poco y nuevamente como si el trópico fuera aquí y al fin con la lluvia deslizándose apaciguadamente, descansando en el gotear que una k’ocha siempre desea, como si fuera una caricia del ser amado.

Vuelven a su lugar las cosas, la llamada de un amigo que después de treinta años -el tiempo puede ser una metáfora, una representación, o una parábola- se acordó de mí, o fui yo en acordarme de él.

El arte y la naturaleza tienen muchas cosas en común. Desde la ventana de mi cocina veo una mujer con sus dos hijos cruzar la acequia, yo estoy hablando con alguien a catorce mil kilómetros de distancia.

Maurizio Bagatin, 30 enero 2022
Imagen: El cielo de Linde, 29 enero 2022

Publicar un comentario

0 Comentarios