Miguel Sánchez-Ostiz
¿Actúo en contra de lo que creo? No siempre, pero sí en ocasiones, por ejemplo en lo relacionado con la promoción de mis libros. Siento un asco difícil de reprimir por las ruedas de prensa delante de gente que no ha leído ni va a leer una línea de lo que he escrito, a la que no le interesa una mierda lo que digo y que al día siguiente colgarán de mi boca alguna estupidez por ellos inventada. Y el editor encantado porque hay página, hay página, hay publicidad que da visibilidad al libro... ¿Accedo a esa mamarrachada? No siempre, pero cuando lo hago, luego me queda un regusto amargo y un disgusto conmigo mismo y una inquina sorda frente a quienes me han violentado de la manera que sea. ¿Por qué no mandarle a tomar por retambufa a quien me propone esa mamarrachada? Porque igual no vuelve a editarme. ¿Y al fotógrafo cretino hasta las cachas, vago de alma, gandul, carente de imaginación que me quiere hacer posar con cara de santo bobo y el libro en la mano? Pues por lo mismo, pero ganas me dan de, cuando me veo en esas, sacarme el libro por la bragueta. ¿Quieres circo? Toma circo hijueputa gonorrea. Estoy en mi derecho de decir que a mi edad y con más de cien entradas en la BNE puedo imponer mis condiciones, que pasan por no dejar que me presenten y me pongan en escena como un cretino o como un bicho amaestrado, que me manipulen, que me manejen, que me hagan hacer lo que no quiero y detesto. MKED
Claro, que peor es escribir de manera apacible y senequista cuando la realidad es que te hierve la sangre, las palabras que te llegan vienen de algún lugar oscuro que disgusta a quien preferiría que escribieras otra cosa. ¿Escribir con verdad y con total libertad? Qué fantasía. ¿Qué editor puede ayudarte en esa tarea sin poner pegas ni andarse ni andarte con hostias? ¿Hasta dónde llega tu autocensura? Pues más lejos de lo que te figuras y te gusta admitir. No eres tú, eres un impostor que te cagas en el alma de todo este sistema tramposo hasta las cachas, pero tragas y aceptas lo inaceptable porque de lo contrario no te publicarían, de eso estoy seguro, y serías más inexistente de lo que puedas ser hoy.
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Publicado originalmente en el blog del autor, Vivir de buena gana (21/2/2022)
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