Viaje a Moscú


“Respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin” -Svetlana Alexievich-

No hay gulag, no existen colas, el capitalismo es reinante.

Regreso de la URSS de André Gide y el Diario de Moscú de Walter Benjamin quedan como dos textos “apostólicos”, sin ninguna propaganda y sin fundamentalismo. Fueron los primeros testigos de las barbaries y de la burocracia estalinista. A Gide lo afectó más en su intimidad, a Benjamin tal vez en su pathos. Uno de los problemas de nuestro tiempo es que la ciencia es el amo y el arte es el sirviente, no vamos a leer la historia a través de lo literatos, y a los historiadores carece casi siempre aquel poco de abstracción necesaria. Quizás cual crónica nos ofrecerá mañana Sean Penn.

Como profetas del final de una época, el amotinamiento del acorazado Potemkin, deseamos en mucho volver a ver gestas como las de los marineros de la Armada Imperial Rusa de aquel entonces. Y agradeceríamos si propio Sean Penn nos deleitara como lo hizo a su tiempo Serguéi Eisenstein.

No habrá luz para una salida del túnel de la guerra y los hombres no saldrán de los tiempos prehistóricos mientras vayan a morir en obediencia.

Maurizio Bagatin, 25 febrero 2022
Imagen: El acorazado Potemkin, película de Serguéi Eisenstein

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