Trofobiosis humana

“La condición no se cura, pero el miedo a la condición es curable” -Clarice Lispector-

Michel Houellebecq y Francis Chaboussou, ambos agrónomos, ambos franceses, ambos provocadores. Houellebecq se hizo escritor y escandalizó Francia con su “nihilismo” y la narración de los nuevos espacios post cortina de fierro, una voz que faltaba, tal vez, desde Céline. Chaboussou con su teoría de la trofobiosis demostró que la vulnerabilidad de las plantas al ataque de “plagas” es una cuestión de equilibrio nutricional o de intoxicación por venenos.

La provocación de ambos tiene base empírica…caminamos por periferias que se difunden a diarios, como hongos con la humedad del otoño, adonde el trabajo de sus habitantes es un smart working con puro instinto de prevaricación…la biotecnología está obligando al mundo campesino en hacerse dependiente de semillas modificadas genéticamente y de agroquímicos cada vez mas poderosos. El hombre y la tierra están enfermos. Desmineralizados ambos.

Mens sana in corpore sana, es una sátira de Juvenal, aunque la oración completa es orandum est ut sit mens sana in corpore sano. Y sabemos que es una sátira.

Desarraigados en el espacio y en el tiempo, arrojados en esta minúscula partícula del infinito, vivimos el espectáculo de nuestra sociedad, la sociedad del espectáculo globalizada y planetaria, amazon, Ikea, Netflix, Google, un cambio estructural nunca vivido antes. Hoy la verdad es inexpugnable. La civilización de la posverdad son Colin Powell y sus despiadadas mentiras y Lance Armstrong con sus tremendas victorias dopadas. Y no han sido distintas de las mentiras que la Historia nos ha hecho siempre digerir.

Buscamos el abril que no sea el mes cruel del poeta, inventamos el haiku para nuestros equilibrios, leyendo la poesía que alguien ha publicado en el Facebook, como ayer una pintura de Jackson Pollock, el eterno retorno como una ciudad invisible en el estupendo libro de Italo Calvino.

Lo que no estamos cambiando es la condición, que Clarice Lispector sí curó.

Maurizio Bagatin, 8 de abril 2022

Imagen: Jackson Pollock, Mural, 1943