Gracias


Gracias doy a la desgracia

Y a la mano con puñal

Porque me mató tan mal

Que seguí cantando

María Elena Walsh: La cigarra




Gracias a Santa Perpetua Memoria, patrona de todos los perseguidos y de todas las almas de los que han sido torturados, masacrados, detenidos injustamente, martirizados, desaparecidos, víctimas de genocidio, guardiana eterna de los mártires y de todos los compañeros




Gracias al Sagrado Sacrificio porque nunca le temimos en su crudeza clarificadora, porque siempre nos acompañó en las encrucijadas, en los abismos, los riscos, los desiertos que sólo uno sabe que debe atravesar



Gracias a Santa Paciencia, dadora de luz, luz infinita, luz de bondad, bienhechora, sólo con su decidida guía es posible volver a ver las huellas del destino, las marcas de tu vida, la alegría de volver a encontrarlas, faro que nunca falla: salva y sana la Santa Paciencia, muelle de todas las penas, inmensa playa donde la arena las licúa y las olvida



Gracias Santa Madre de la Transfiguración: todo se mueve, todo cambia, todo, gracias a tu poder benéfico, se vuelve camino, fragua, forja de nuevos horizontes, nuevos desafíos



Gracias Santa Aparecida, siempre hay inesperadas devociones que procurarse porque la vida sin confiar en los demás, no vale nada



Gracias Serenísimo Señor De Mi Ajayu, tú que estás en todas partes, te vuelvo a sentir, te voy reencontrando, caminas, otra vez, conmigo



Gracias siempre Tata, mi Tata, Tatita Santiago, Tata Rayo, Señor Illapa, santo de todos los expatriados, los vagabundos, los parias que supieron volver a los Andes, morada, arraigo, celebración y promesa



Gracias por la mirada, Santo Amparo de la Montaña. Gracias Señor Viento, Dios del Aire, mi aliento. Gracias San Cactus, Señor de Espinas. Gracias a todas las piedras, Divino Sendero. Gracias a todos los colibríes, Mensajeros del Dueño del Cosmos, Señores Etéreos de Otras Vidas, vidas que vuelan hacia el más allá



Gracias Diosa Madre del Agua que bajas de las venerables vertientes por todo lo que inspiras, por todo lo que me cuidas viéndote fluir, libre, pura, transparente. Eres esa prueba del encanto del mundo que nunca nadie jamás podrá desmentir



Gracias, gracias a todos los que me acompañan, sean santos o no: la serenidad redentora de los dioses de los cerros también velará por ustedes, siempre están conmigo en mis ofrendas, siempre estarán conmigo en mi corazón.



Pablo Cingolani
Antaqawa, 14 de junio de 2022

Imagen: Archivo Sanfabistán

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