Freya es la diosa de la fertilidad, su hermana Frey, es la diosa de la prosperidad. La narración está en la rima imposible, muchas veces ausente; vive en los cuentos de hadas, en los días de verano que no terminan nunca, en las interminables noches de invierno. Aquí Odín es el dios de la guerra, pero lo es también del conocimiento, de la sabiduría, de la poesía y de la magia. Edda y los Nibelungos profundizan la tragedia y para nosotros, los humanos, surge una pregunta: ¿Sufren los animales?
También en un país ateo se reza por la Navidad, y entonces ¿Por qué el fanatismo de los humanos, con sus emociones y su estupidez, altera siempre un equilibrio, aunque imperfecto? Tal vez porque el hombre olvida siempre el Mito, su fuerza, su inmutable explicación de los entes; en el tiempo, el pasado y el futuro, siempre estuvo y estará presente. Haendel acompaña el epilogo, la saga de una vida, el mundo de las cosas inalterables.
Maurizio Bagatin, 1 de junio 2022
0 Comentarios