Ni un gramo de basura en el Valle Alto


“Los hechos acontecidos cambian continuamente” -Augusto Roa Bastos-

Ha sido el lema que nació ayer, para que no haya más envidia en el Valle Alto. La Historia en este valle son tantas historias de mucha trama. Así, con la mirada profunda y hablando con calmadas palabras, los nietos de Nicolás Solís y de Sabino Meneses (El tortuga) de Ucureña, el lugar histórico donde el “Mono” Paz Estenssoro entregó la Reforma Agraria el 2 de agosto del 1953. Pero en la sangre sigue viva la memoria de la demanda de una Revolución Agraria que no pudo y de una Reforma Agraria que sí fue. No se puede no ver en estos rostros la vida y un destino de unas huellas que inevitablemente me conducen a Las Hurdes, tierra sin pan de Luis Buñuel, y antes al andar de muchos pueblos precolombinos, hoy al mestizaje que el tiempo consolidó.

Es una fecha especial por este valle, fecha simbólica, claro, pero el simbolismo aquí fue y sigue siendo importante. El maíz que ayer recordamos en una chichería, aquí sigue siendo el cultivo principal, Cliza fue la capital de los muk’eros, y la chicha fue el sostén de gamonales y el impuesto que permitió la construcción de muchas obras públicas en Cochabamba. Hoy el maíz es mote y el api, una pequeña pero importante parte de una soberanía alimentaria en mano a un capitalismo cada día más salvaje. En una tierra que conserva más variedades de maíz que el territorio de su origen, Mesoamérica. Ayer era el día del grano del prestigio de los incas.

Es compleja la palabra, confunde el discurso. Todo ser humano tiene su narración y la verdad es algo que hoy existe y mañana se transforma, el hoy será la duda del mañana, el encuentro y el choque entre la seguridad y las dudas. Hay mucho pathos en el relato suelto, en la simple intervención, en la arremetida, en la mirada y, al final, en el silencio. Hay mucho ethos que parece devolver la sangre caliente y el espíritu hormonal de otros tiempos; en algunos momentos la razón vence al sentimiento, en otros es el sentimiento en derrotarla. No hubo discurso en búsqueda de poder, pero el poder es discurso. Y eso, sobre todo eso, los que lo tuvieron lo saben muy bien. Aquí las ch’ampas guerras condujeron a una guerra civil un entero territorio. Fruto de un Divide et impera traído desde el Viejo continente y un Urinsaya y Anansaya de los señoríos aymara. Tejido complejo, fuerte y violento.

“El camino de una hormiga cargada de provisiones y que ha perdido el camino; la cigarra que sigue alegrándose de la vida. No sé si tuvimos tiempo ayer en la tarde, todo se nos escapa más rápido que siempre, y así también las palabras que compartimos. Complejas también son las narraciones: sigue ejerciendo el dolor, la Historia, y es siempre una emoción en amenizar nuestra comedia. Deleitarse es humano, como lo es seguir el canto de las sirenas, escuchar historias oídas frente a la violencia de la Historia. Las interpretaciones, luego, tal vez nos dilucidarán”.

Mientras, siguen vivas en sus memorias las ranqueras, los piqueros, la “fitoctora” y la Wayra del Yanakuna de Jesús Lara; y las migraciones forzadas con el proceso de descampesinización que inició en el ’53, y luego con la UDP y con el neoliberalismo llegó a vaciar enteras comunidades, Tiataco, Achamoco, Huañacota, Huaykhuli y Bella Flor de Pucara. Recuerdan sus figuras de indios insustituibles para las faenas agrícolas, lo que algunos fueron arrimantes, huertistas, arrenderos o comerciantes.

Y en mi memoria, los calabreses que vinieron hasta aquí para ver como hacían los bolivianos en bloquear y en deshacerse de las transnacionales que privatizaban hasta la lluvia, para luego incrementar del 300% el precio del líquido elemento. La Bolivia mágica y la Bolivia trágica que se deshizo del animal político aristotélico abrazando el populismo que eclipsa y desmineraliza todas las batallas.

Ni un gramo de basura en el Valle Alto. Mañana serán determinados en defender otra vez su territorio, como en un lejano ayer, cuando una cruz se hizo espada. Mañana, antes que una empresa que siembra muerte vaya a echar veneno adonde la semilla del willkaparu sigue ofreciendo alimento y alegría, embriaguez y sabiduría.

Maurizio Bagatin, 30 de septiembre 2022

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