Panem et circenses

Irán sí, Rusia no. Así se puede explicar a través del futbol el mundo posmoderno.

En 1978 el “Tulipán de oro”, con su pensamiento calvinista intentó alertarnos.

“El lunes 21 de noviembre en las calles de Monrovia se festejaba, ninguna fiesta patria, ningún evento histórico, el The love of liberty brought us here será como siempre el 26 de julio, el 21 de noviembre Timothy Weah, hijo del actual presidente de Liberia, George Weah, anotó un gol en el mundial de Qatar, durante el partido entre Estados Unidos y Gales. Lo anotó jugando por los Estados Unidos, sí, porque Timothy Weah juega con el equipo nacional de los Estados Unidos, país que le dio la nacionalidad. Parece una extraña historia, y no lo es si conociéramos la historia de este país, Liberia, que en su étimo encierra la voluntad de toda la libertad del panafricanismo.”

En 1994 el “Pibe de oro”, como un Baudelaire modernista, nos volvió en alertar y pagó con la exclusión de un mundial que muy probablemente hubieran ganado.

“El jueves 24 de noviembre en las calles de Yaundé se lloró, los leones ya no son indomables como en los años ochenta del siglo pasado, las vitrinas del circo mas grande del mundo permiten traspasar fronteras sin borrar ninguna cicatriz. Breel Embolo anotó el gol con el cual Suiza le ganó a Camerún. Embolo nació en Yaundé y al anotar el gol no festejó. Extraña historia, como la del cacao mas rico del mundo que en Suiza se vuelve rico chocolate.”

El mundo es explicado por el futbol, la religión sin dios y la que más nos acerca al orden del caos. El pecunia non olet nace en un vespasiano, ahí donde en la Roma antigua iba el varón a orinar pagando, y la conciencia del ser humano es como el órgano sexual, puede dar vida o hacer orinar.

Esta vez hay pan y circo, pero sin vino…

Maurizio Bagatin, 27 noviembre 2022