Ganó la voluntad


Emoción pura: ganó la épica. Hubo un combate, allá en la cancha, allá lejos, allá en Qatar. Y la batalla, en el desierto aquel, la ganaron los que pusieron más garra, los que no perdieron la fe -dos veces les empataron el partido- y supieron volver la desgracia, en virtud, la zozobra, en victoria.

Se merecían ganar, y lo hicieron porque la fortuna, se sabe, sólo premia a los audaces. Y a los audaces, no los conduce la temeridad, sino la sabia, vieja y buena voluntad, la voluntad de ser equipo, la voluntad de no rendirse, la voluntad de sacrificio, la voluntad de vencer.

Ganó la voluntad, y eso es ejemplar. Que los chicos no se olviden. Que los pueblos sientan que este triunfo es también suyo. Todos unidos triunfaron. Con la astucia que no nos pudieron arrancar, con la destreza que es mérito bélico, con la capacidad de hacer goles, de meterla en el arco contrario, la meta, el objetivo cumplido. ¡Qué belleza que toda esa épica corone con el triunfo final, con la copa del mundo en las manos correctas!

Emoción y felicidad: cuando nos unimos, somos mejores, cuando nos unimos, nada nos detiene, cuando nos unimos, somos campeones. Del futbol a la vida, de la vida a lo colectivo, a la justicia social. No sólo en la cancha, tenemos que ser victoriosos. En cada calle, hay un héroe. En cada barrio, en cada pueblo olvidado, en nuestras montañas y en nuestras selvas, están esos héroes desconocidos que pueden -como Messi, como Di María, como el “Dibu”, como el Julián-, alzar la bandera, jugar en equipo y ganar.

Triunfó el amor también. La voluntad más la mística se traduce en amor. Amor a la camiseta que es lo mismo que amar al pueblo. Hay que disfrutar que un día ganen los justos. Esto es poesía: a nombre de ese pueblo, de todos nuestros pueblos, que todo lo merecen.

Estos pibes, capitaneados por Scaloni, que llora de emoción dedicándole el triunfo a sus padres y lloro con él, aunque no lo lean así, pero vale igual, le ganaron al colonialismo, le ganaron al negocio miserable del futbol, le ganaron al presente nefasto del neoliberalismo global: demostraron que, si hay huevos, se puede, se puede cambiar la historia.


Por los hermanos peruanos que los están matando.

Por esa mitad de argentinos pobres, cagados de hambre y de angustia.

Por todos los que sufren de opresión y de injusticia

Por la memoria de los ex combatientes de Malvinas que, con las armas en las manos, se enfrentaron al imperialismo

Por todos los hombres y mujeres de bien, que no han perdido la fe

Ganamos


Ganó la selección nacional argentina de futbol…


Ganó la voluntad

La voluntad de vencer

Esa misma voluntad

Que sólo los pueblos

Sienten, atesoran y celebran

Con ese D10S popular

Guiándonos desde el cielo


Emoción pura y orgullo: ganó la épica.


Así, sólo así y siempre así: ganamos todos.

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