Los lugares de la tierra devoran nuestros momentos, mientras andamos pisando sacralidades y erigiendo horrores, en el vano tentativo de vencer a nuestros miedos…
Como en la búsqueda de un tempo puro, nos llevan las imágenes, tan puras como el tiempo perdido. El etnólogo dirá que “la historia futura no producirá más ruinas. No tiene tiempo”; todas nuestras arqueologías ocultan secretos que el hombre hizo ciencias: “quienes somos, de dónde venimos, adonde vamos”. Apenas salimos de la caverna al banquete.
En todas nuestras acciones está nuestro lenguaje y nuestro silencio, desde Lascaux y Gilgamesh en una búsqueda que sepultó la Yvy Maraey, la diáspora eterna del hombre y el dinosaurio de las fabulas que contamos a los niños para hacerlos dormir.
Nuestro planeta es el espacio de la utopía de la cultura, en esta época planetaria y en esta tierra baldía.
Y en su lugar solo construimos para destruir.
Maurizio Bagatin, febrero 2023
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