Como en un cuento


La imaginación, decía el poeta Giacomo Leopardi, es la primera fuente de la felicidad humana. La realidad la necesita, porque sola, la realidad, le teme a la verdad. Es ahí que al artista aparece esta intuición de libertad. La imaginación es libre, en el espacio y en el tiempo, es libre de buscar la belleza en el horror, es libre de ir fantaseando con la realidad. Solo los azares fomentan la literatura.

El Gótico ya tiene oficio, tiene habilidad con el cuento y con el terror. Sin caer en los lugares comunes del “dime de dónde eres y te diré qué escribes”, hay que reconocer que el ambiente es un buen cómplice, hoy como lo fue ayer. El viejo y el mar, Hemingway no lo hubiera escrito sin conocer a Cuba y a su mar. Bolaño nunca hubiera siquiera empezado 2666 sin haber vivido en México más profundo.

Como en un cuento, El Gótico, entra en el vientre de un mundo que no es lo de Job o de Geppeto, sino lo que todos vivimos, sin verlo, a diario, y solo a través del don de la literatura - a veces no siempre y no con todos - sale flotando para inundarnos de realidad.

Maurizio Bagatin, 22 de marzo 2023

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