La abundancia hace que uno quiera tapar el sol con un dedo. Y es el mismo dedo con el cual el sabio va indicando la luna, mientras el necio mira el dedo. El intento masoquista en ocultar y disfrazar nuestra violenta historia, nuestras frustraciones, nuestras tristezas.
Nada de nuevo bajo el sol que alumbra. Vemos el deterioro humano en otros paraísos gobernados por diablos.
Se desmorona un tejido que fue rebelde y ahora, silenciado por el progreso, por la injusticia y por la eterna liturgia dicotómica, se va rindiendo a un paisaje que huele a podredumbre.
Solo el rugby tenía la nobleza del tercer tiempo, empatía y encuentro: un deporte de 'hooligans' jugado por caballeros. La farsa invistió la noche tropical, en la no man’s land chapareña el surrealismo disfrazó la realidad. El deporte no era sano, pero anoche, bajo una lluvia tropical se pudrió en su totalidad.
La historia boliviana, casi como la pensó Stephen Dedalus, “una pesadilla de la cual estoy tratando de despertar”.
Maurizio Bagatin, 14 de marzo 2023
Imagen: Roberto Valcárcel, El mensaje poético
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