Nada más que para ser mejor.
Un libro con un título que a la mayoría nos pareció un oxímoron, hace diez años llegó a nuestras manos. La utilidad de lo inútil es un texto aún muy vivo entre los amantes de la lectura y del humanismo. Un libro para regar la desertificación anunciada por Nietzsche.
Recibí de regalo el libro antes de subirme a un tren en dirección a Verona, pensando en Shakespeare y a la tragedia que en aquella ciudad desveló una de las desgracias que derivan siempre de la voluntad y de la moral de los seres humanos. Quien me lo regaló esta mañana, sin saber de su muerte, había publicado un bellísimo pódcast del filósofo calabrés. Partiendo del poeta metafísico inglés John Donne, Nuccio Ordine nos hace reflexionar sobre nuestra presencia sobre la tierra. John Donne, enfermo y prostrado en la cama oye unas campanas “a muerto” y exprime desde lo más profundo que “cuando un persona desaparece, desaparece una parte de mí”, recordándonos así que los hombres son conectados entre ellos - no son islas -, como a formar un continente. Estas campanas “a muerto” son las campanas de Ernst Hemingway, las que suenan mientras los hombres se están bárbaramente masacrando entre ellos. Siempre inútilmente.
Utilidad e inutilidad. La utilidad que Nuccio Ordine leyó en una frase de Albert Einstein y que cortó de un periódico de entonces, de cuando él aún era estudiante, llevándola siempre consigo mismo: “Solo una vida vivida para los demás es una vida que vale la pena vivir”. El filósofo que más intentó explorar el ánimo de Giordano Bruno - al cual dedicó tres de sus libros: La cabala dell'asino (1996), La soglia dell'ombra (2003) y Contro il Vangelo armato (2007) - nos llevó, como la diosa Mnemosine, madre de todas las artes y de todos los saberes, en un viaje adentro de la utilidad de lo inútil, todo el arte, como escribió Oscar Wilde, buscando siempre la verdad y la libertad.
Los pececitos de oro que Aureliano Buendía va haciendo y deshaciendo, el placer desinteresado para la belleza en Kant, el encantador que es más útil que el útil del poeta Leopardi hasta el aire que Sócrates está practicando mientras le están preparando la cicuta. Toda la inutilidad más útil.
Los hombres no son islas, fue su último inmenso libro. Muy cerca de la trágica Cutro y de la feliz experiencia de Riace, una Magna Grecia sin ilotas sigue esperando mesiánicamente. Quizás una vida como qualitas, como la que siempre enseñó el filósofo calabrés.
Maurizio Bagatin, 10 de junio 2023
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