Ansiedad


Márcia Batista Ramos

“He nacido tanto / y doblemente sufrido / en la memoria de aquí y de allá” 
Alejandra Pizarnik

Algunos nacen huérfanos (están heridos de nacimiento), otros nos quedamos huérfanos en el camino. A menos que uno insista en hacerse enterrar por sus progenitores, un día uno se quedará huérfano para el resto de sus días. ¿Y qué? Dicen que nadie es imprescindible. Pero hace falta, uno extraña…

Extrañar es sentirse desterrado, así dolido y alejado. Como si uno estuviera sin brújula en un desierto, mientras los otros están todos en un oasis. La frescura del oasis, los jardines del oasis, las aguas del oasis, las personas indiferentes en el oasis… Mientras uno anda sólo y sediento por el desierto. Como en el poema de Alejandra: “Han venido.\Invaden la sangre.\Huelen a plumas, \a carencia, \a llanto. \Pero tú alimentas al miedo\y a la soledad\como a dos animales pequeños\perdidos en el desierto.”[i] Lo bueno y bonito es que uno anda, mismo que esté roto, a pedazos, disuelto, fraccionado, tan solo… Lo que importa es que uno anda.

Andar paso a paso, con los pies cansados, por la arena caliente del desierto que parece infinito, sin el límite que lo revestiría de realidad, sin que nadie lo vea, moviéndose en la misma cadencia que las manijas de un reloj. Andar sediento sin saber que Borges contó que: “Antes de entrar en el desierto\ los soldados bebieron largamente el agua de la cisterna.”[ii] Andar sin recelo en la soledad, sin reproches… Andar fragmentado, buscando un no sabe qué, tal vez, un escarabajo en el desierto. En el cálido desierto, tropezándose…

Tropezarse equilibrándose para no caer en la arena caliente del desierto. Sin nadie que, por lo menos, le toque delicadamente, chocar con los pies en algo, perdiendo el equilibrio y sin saber cómo o por qué, equilibrarse otra vez, y seguir.

Seguir es lo mismo que continuar haciendo algo.

Digresión: “Estaba tomando una copa de vino cuando se hizo presente la ansiedad. Entonces, empecé a comer una barra de chocolate. Cuando estaba bebiendo la segunda copa de vino, ya había comido media barra de chocolate. ¡Eso es mucho! Sí, es mucho, diría la madre o la abuela. ¡Es mucho! Como campana repicaría en mi cabeza. No entiendo por qué es mucho, si siempre terminamos el vino para que nos inviten más. ¿Y el chocolate? ¿Qué pecados se encierran en el chocolate?

Chocolate es una pasta hecha con cacao y azúcar molidos, a la que generalmente se añade canela o vainilla. También se dice de la bebida que se hace de chocolate disuelto y cocido en agua o en leche.”

Leche es el líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos para alimento de sus crías.

Crías son los cachorros de los mamíferos que no pueden valerse por sí mismos, porque necesitan amparo y protección para seguir viviendo. Cuando no tienen amparo y proyección son huérfanos, faltos de algo…

Faltos de algo, sin socorro, así, sin nadie para ayudar a hacer frente a los agobios; sin nadie que arrastre a uno por la vida.

Vida es el espacio de tiempo que transcurre desde el nacimiento hasta la muerte. El momento donde cada uno aprende, sueña, ama, etc. Empero, necesita a alguien que le acompañe y oriente, especialmente si no quiere andar huérfanos por el desierto.

Andar huérfanos por el desierto, genera una profunda ansiedad.

Ansiedad es un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. Una angustia que suele acompañar a ciertas neurosis y que no permite sosiego; entonces, sin hacer ninguna digresión, uno termina bebiendo todo el vino de la botella y comiendo toda la barra de chocolate…



[i] PIZARNIK, Alejandra. Poema: “Hijas del viento”. Prosa poética, 1987.


[ii] BORGES, Jorge Luis. Poema: “El desierto”. "Poesía Completa"| Debolsillo, 3ª. Ed., 2016.

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