El cuerpo y la voz: una fantasmagoría


La fantasmagoría es el arte de hacer aparecer espectros. Según Walter Benjamin “evidencia la naturaleza ilusoria del entorno metropolitano moderno, cuyo efecto es debilitar la capacidad del hombre para tomar decisiones racionales y comprender nuestro propio mundo”. Acercándonos al titulo de una de sus novelas, En el cuerpo una voz, Maximiliano Barrientos nos muestra los signos de violencia necesaria para desmantelar la fachada armoniosa del mundo que lo rodeaba. Santa Cruz es el espejo de todo cuanto el capitalismo salvaje se esmera en hacernos ver, queriendo que lo vivamos plenamente. Con El horizonte del grito nos sumergimos en el recuerdo que ahuyenta el presente; el útil ahuyenta lo real; el significado de los cuerpos ahuyenta su forma. Solo vemos futuro o pasado, pero no las manchas del instante puro. Hay una voz, para mí la poesía que habla a través de otro, que se lo llame Musa, dios, amor, quizás en algún momento Beatrice. La poesía hace que en la alienación del presente la palabra reciba de otro lugar la palabra inspirada. Con esa palabra nace un lenguaje -desdoblamiento que en algún momento parece rimbaudiano -con el cual Maximiliano nos guía donde la realidad puede volverse prontamente una pesadilla y el terror asumir el rol de sueño.

Maurizio Bagatin



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