SARA RUÍZ -.
Mujer y escritora, menuda mescolanza. Muchos pueden considerar que la discriminación hacia la mujer ha quedado en el pasado. Yo les digo, esto está más presente que nunca.
Teresa Wilms Montt, una mujer adelantada para su época, proveniente de un círculo social de elite, en donde ella debía ir acompañando al marido, nunca figurando. Ella rompe con las reglas y le arrebatan sus hijas, la encierran en un convento.
Gabriela Mistral, también fue discriminada en su época, en un mundo que parece estar dominado por los hombres. Debemos dar gracias a ella, por abrirnos el camino literario en Chile.
Un caso más reciente es el de Isabel Allende, no querían darle el premio nacional de literatura por tener nacionalidad estadounidense. Siendo que, anteriormente se les ha dado el premio a Roberto Matta y a Claudio Arrau.Mientras, otros protestaban que su obra fue escrita no en Chile, dan risa estos comentarios sexistas, absolutistas.
Nací con la férrea necesidad de escribir, es lo que me salva de la locura entre otras cosas. Concursos literarios, talleres literarios hasta ahí nada hacía presagiar lo que me esperaba. Decidí escribir un libro, el lugar más lógico y cercano: la biblioteca del museo de medicina. Me acerco al mesón y un Sr me dice ¿y Ud. que es? –Soy técnico en enfermería Seguían las preguntas ¿y para que quiere el material? …Cuando me atendía la mujer, ella mucho más amable. Me decía: Oh no, mujer, escritora, no soy doctora, sicóloga ni menos universitaria. A los universitarios y profesionales, si les dan una atención personalizada. Si vuelvo a tener un problema en este lugar, iré a reclamar con sus superiores. Todos tenemos derecho a usar las bibliotecas públicas.
Meses después, fui a la sala de investigadores de cierta biblioteca. Me dejaron pasar una, dos veces. A la tercera, me dijeron que debía tener una credencial ¿Srta. es usted universitaria?.Otro Sr intervino y dijo:- No lo es, pero tiene muchas ganas en lo que hace. Y ja ja ja, no me pregunten cómo, pero ¡BINGO! , obtuve mi credencial.
El año pasado, presenté un trabajo acerca del hospital “Carolina Doursther” y un Señor me dice, este trabajo debió presentarlo don José (así le llamaremos) y yo le dije- Pero si Yo lo escribí, no él. Es cierto, Don José me proporcionó la información, pero eso no da derecho para que éste presentara el trabajo en mi lugar, inhalé y exhalé profundo…
El otro día le comentaba a un Señor, quien se dice un digno admirador de Gabriela Mistral. Bien, yo escribo un libro-¿y por qué quieres escribir un libro? ¿ Te lo publicaran?.Fue como si me dieran un puntazo, y le dije: Porque amo escribir y si, pienso que me publicaran. Rumiando internamente, y responder groseramente. Escribo un libro, porque me da la soberana y real gana.
¿Ya lo ven? Estamos en pleno siglo 21 aún seguimos con barreras, impuestas por los pares y otras personas.
Por las mujeres que me anteceden, las del presente y las del futuro, sigamos escribiendo y ganándonos nuestro lugar.
Todo esto, me hace batallar con más ímpetu y obcecación . Deseos de vociferar a todo pulmón, ¡¡ No dejaré nunca de escribir !!
12 Comentarios
Mujer y escritora, es una buena combinación! Muy buen escrito, buen grito de deshagogo. Saludos!!
ResponderEliminarExperiencia, vida propia que sierve para dar el ejemplo. Asi se lucha, se protesta y se sigue adelante con las metas. Ser mujer sigue siendo duro en más de un sentido, ser escritora es dificilisimo tal como está planteado el mundo de las letras. No se desaliente!
ResponderEliminarnada me va a desalentar, podrá haber altibajos, pero nunca un no definitivo para mí, lo aseguro desde mi indiscutido anonimato
ResponderEliminarSumemos el clasismo chileno y el panorama se torna aún más cuesta arriba. Pero con ese carácter y ese temple y ese talento y esas ganas no hay barrera cultural ni física que te detenga, Sary.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y bienvenida a Plumas Hispanoamericanas.
No creo que a Isabel Allende le quite el sueño nuestro premio nacional. Sólo intentemos recordar quien fue Rodolfo Oroz o Arturo Aldunate Phillips o Edgardo Garrido, y no es por menospreciarlos, sino porque hoy nadie parece recordarlos.
ResponderEliminarPor otro lado, Gabriela. Es posible imaginar todo lo que tuvo que bregar para abrirse camino. Morena, aindiada y pobre, en un ambiente intelectual dominado por la oligarquía blanca.
Lo que dices tiene asidero. Cuesta mucho hacerse camino en este terreno. O te unes a la camarilla de la sech y sus chanchullos de minimafia o dejas los pies dejando inútilmente manuscritos en las editoriales o te haces un blog y no molestas a nadie ni nadie te molesta a ti.
Lamento lo que te ha sucedido, que otros se intenten llevar tus créditos, pero se ve que tienes garra.
Saludos Sary. Buen texto.
Me he visto expuesta a situaciones parecidas. Es extraño como algunas personas se apropian de lugares públicos considerándolos como propios de cierto tipo de personas y siendo hostiles con el resto.
ResponderEliminarEspero conocer su libro, Sara. Saludos y felicitaciones por su valentía y obcecación por escribir.
Claudia
El que quiere puede, Sary. A nadie se le dan las cosas fáciles. Recibir negativas y humillaciones es de lo más común y hay que saber sobreponerse. Con Teresa Wilms aún no logro empatizar, pero sí con Isabel Allende y Gabriela Mistral y María Luisa Bombal. Me gusta también Marcela Serrano y algunas cosas de Carla Guelfenbein. Espero poder seguirte leyendo y que publiques tu libro. Saludos.
ResponderEliminarEs bueno escribir de lo que uno sabe más. Tus temas quizás giren en torno a los tropiezos, los fracasos, las personas agónicas, el sufrimiento en las salas de espera de los hospitales.
ResponderEliminarBendiciones.
María Luisa
¿Y la tempestuosa María Carolina Geel? Después de dispararle a su amante traidor, escribió un libro que ya es un clásico, como lo es Cárcel de mujeres. Si no me equivoco, Gabriela Mistral intercedió por ella para acortar su pena. O quizás sólo es un chisme.
ResponderEliminarPero como ves, debemos remar contra la descalificación, la discriminación, la humillación, el clasismo y también con el exceso de de amor en nuestras espaldas.
Besos
Andrea
Sofía:gracias por comentar
ResponderEliminarMónica: No dejaré que el desaliento le gane a mis deseos de escribir.
Paula:gracias por comentar desde tu anonimato
Jorge:Mil gracias por la bienvenida y tu hermoso comentario.
Ashraf:Me gustaría conocer los autores que nombras, tomo apuntes.Yo tengo mi refugio, mi blog y ahora en este blog que me gusta mucho.
Claudia:Gracias, sigo luchando contra los que vendrán.
Gracia: Oh si Maria Luisa Bombal y nos estaremos leyendo.
Maria Luisa: Me gusta escribir sobre las historias de lugares, no soy tan tristes mis escritos ¿ o si?
Andrea: Buscaré esa autora, me gustaría leer a Emily Dickinsson.
Gracias a todos por el recibimiento.
Comencé a ir a las bibiotecas desde muy chica, desde entonces ya era bastante exigente para hacer mis deberes escolares y siempre quería dar lo mejor de mí. Las bibiotecas era la opción más viable porque comprar libros especializados y enciclopedias no estaba al alcance del magro sueldo de papá, con mucho esfuerzo ya me pagaba una escuela privada.
ResponderEliminar¿Problemas? Recuerdo uno solo.
El día anterior la profe de Biología se había disgustado tanto con nosotros que nos mandó a investigar sobre genética para dar un examen a la siguente clase. Dónde ir, en ese tema no había biblioteca escolar que ayude con mis dudas que crecían a cada definición que leía. Entonces nos levantamos a las 5 y con papá partimos a la Biblioteca del Congreso Nacional. En la entrada nos derivaron a la sección juvenil de la misma, no conforme insistí que lo que necesitaba eran libros de medicina. Un joven oyó y me indicó un fichero donde encontraría lo que buscaba. No había excusa para que no me dejaran entrar, no hay edad ni sexo para que se pueda tener acceso al patrimonio bibliográfico. Dejé mis documentos y desde entonces fui cada vez que necesite.
Amo las bibliotecas, desde entonces y para siempre. Adoro el ambiente y el hecho de que nadie te mire más que necesariamente, ni se fijan si sos hombre o mujer, ni la edad que tenés más que para orientarte o sugerirte. Se está en la biblioteca para leer, investigar. Pocos son los que apartan la mirada de sus libros, el ruido más imponente es el de las hojas que se deslizan o leves suspiros de los asistentes dispersos en las mesas de madera del gran salón.
Qué bronca lo que pasa por allá!! Tu experiencia delata una conducta social prejuiciosa y muy retrógrada. Las mujeres podemos escribir siempre que el espritu asi lo mande, una misma decide cuando para y el que lee cuánto significa eso para si.
Un abrazo querida Sary y espero poder seguir leyéndote por acá más seguido.
En el mismisimo 2012 hay paises en que se escribe con mas o menos libertad, tambien donde hombres y mujeres pueden dedicarse a un oficio o carrera con distintos resultados. Muy triste, una huevada pero real.
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