CLAUDIO FERRUFINO-COQUEUGNIOT -.
Hacia el Potomac. cruzando la carretera 66, hay un bosque. Un arroyo corre por él. Rara vez se halla gente. Algunos ciclistas, quizá. En uno de sus lados un alto muro lo protege del ruido de los automóviles. Sobre esa pared alguien pinta rostros y lemas como "Viva el arte".
Allí encontré un poema a la marihuana, escrito en papel amarillo. Imagino que en el sendero se reúnen a fumar los jóvenes cansados.
Los fines de semana ponía a mi hija en la espalda e iba de compras. El bosque era el camino más corto y más hermoso. Con Emily aspirábamos la tierra húmeda, el agua caída de las ramas. Encontramos un pato multicolor. Nadaba en una fosa del río, visible apenas; cabeza verde y cuerpo de arcoiris. Sentados, mientras la tarde terminaba y los faroles titilaban como lunas cobardes.
Hacia el Potomac. cruzando la carretera 66, hay un bosque. Un arroyo corre por él. Rara vez se halla gente. Algunos ciclistas, quizá. En uno de sus lados un alto muro lo protege del ruido de los automóviles. Sobre esa pared alguien pinta rostros y lemas como "Viva el arte".
Allí encontré un poema a la marihuana, escrito en papel amarillo. Imagino que en el sendero se reúnen a fumar los jóvenes cansados.
Los fines de semana ponía a mi hija en la espalda e iba de compras. El bosque era el camino más corto y más hermoso. Con Emily aspirábamos la tierra húmeda, el agua caída de las ramas. Encontramos un pato multicolor. Nadaba en una fosa del río, visible apenas; cabeza verde y cuerpo de arcoiris. Sentados, mientras la tarde terminaba y los faroles titilaban como lunas cobardes.
Publicado en Opinión (Cochabamba), 20/02/1992
Foto: Mallard
Foto: Mallard
6 Comentarios
Un fograma textual. Simplemente, hermoso.
ResponderEliminarLos patitos a la vista son la composición visual más hermosa que nos da la vida. Muero por ir a una granja.
ResponderEliminarMuy tierno, abrazos.
lo envidio mi amigo, escritor... que no daría yo por un poco de agua, aunque sea estancada y barrosa... como siempre muy bueno sus textos... un abrazo.
ResponderEliminarUn bello haiku narrativo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Claudio.
Gracias y abrazos a todos ustedes. Alejandra, ese pato, que se llama mallard, fue el único que vi en el este de los Estados Unidos. Pero acá, en Colorado, abundan, y llenan los parques mezclándose con los grandes gansos canadienses. Antes migraban, pero ahora se quedaron. ya no hace tanto frío como antes. Son hermosos. la hembra, si embargo, es de color café y no muy atractiva.
ResponderEliminarY el agua, Claudio, ah, cada vez más escasa, incluso acá con tanta nieve.
lindo como el pato multicolor
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